En medio de la oscuridad, la desolación y el dolor, Pisco comienza a recibir la ayuda humanitaria para los miles de damnificados por el violento terremoto que destruyó el miércoles gran parte de esa ciudad del sur peruano.

Esta localidad costera, ubicada a unos 300 kilómetros al sur de Lima, ha soportado un segundo día en tinieblas, tras la caída del servicio de alumbrado eléctrico y mientras sus pobladores invocan una rápida distribución de la asistencia humanitaria.

Aunque la destrucción, la pérdida de vidas humanas y el sufrimiento de los damnificados se extiende a varias regiones del sur de Perú, es Pisco, con sus alrededores, que ha sido la zona más afectada.

La ciudad es por la noche un lugar fantasmal, con miles de personas cubiertas con mantas en las calles y hogueras en las esquinas.

Ante la magnitud del sismo, de grado 8 en la escala de Mercalli, las autoridades peruanas han establecido un incesante puente aéreo que, a pesar de su eficiencia, aún es insuficiente para resolver todas las necesidades.

Esta situación fue reconocida por el presidente del Consejo de Ministros, Jorge del Castillo, quien señaló que las primeras acciones buscan brindar agua y alimentos a los damnificados.

Del Castillo, que permaneció en el sur peruano durante casi todo el jueves, aceptó que se han presentado retrasos en el reparto de la ayuda, pero aclaró que esto se ha debido a que los envíos por carretera se han retrasado por los graves daños que ha sufrido la Panamerica Sur.

El puente aéreo ha llevado ayuda hasta Pisco en, al menos, 35 vuelos de aviones de la Fuerza Aérea, la Policía Aérea y la Aviación Naval, mientras que la Armada ha destacado hasta las costas cercanas dos barcos con agua potable y un barco hospital.

El Gobierno también decidió convocar para hoy a los organismos de cooperación internacional inscritos en el país para coordinar la ayuda para las víctimas del terremoto.

Informaciones preliminares de los bomberos señalan que el terremoto ha dejado unos 510 muertos, 1.500 heridos y 85.000 damnificados, mientras que el Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) informó de 16.669 viviendas destruidas en las regiones de Ica, Lima, Junín y Huancavelica.

Las autoridades señalan que, durante la noche, han repartido en Pisco unas cuatro toneladas de alimentos, así como 300 camas, 200 colchones, 1.200 mantas y 650 productos para higiene.

Un portavoz de las brigadas de apoyo señaló a Efe que las autoridades calculaban que en las calles de la asolada ciudad había unos 25.000 damnificados, aunque la realidad ha superado esas proyecciones.

Comentó que los damnificados deben superar con creces esas cifras, ya que muchas familias se refugiaron después del sismo en las colinas cercanas, atemorizados ante la posibilidad de que se presentase un tsunami.

Esto fue confirmado a Efe por Palmiña Panduro, una damnificada de 39 años, que dijo que tras el apagón causado por el potente terremoto muchas familias decidieron abandonar sus casas y dirigirse hacia las colinas cercanas.

Panduro, que es madre de tres hijos, señaló que muchos de los afectados temían "que se saliera el mar" y ahora no saben qué hacer.

Otra víctima del terremoto fue el alcalde de Pisco, Juan Mendoza, quien perdió a su hermana mayor durante el sismo, a pesar de lo cual se mantiene en la coordinación de las labores de ayuda humanitaria y rescate de las víctimas.

"El terremoto fue una cosa indescriptible, mi casa se movía como si fueran olas, cuando vi lo que había pasado fue la impresión más grande, gritaba como un loco, sólo veía gente que lloraba, muerte y desolación", describió.

El alcalde manifestó que aún tiene "muchas esperanzas de encontrar gente con vida entre los escombros", sobretodo porque durante la tarde del jueves se rescató a dos supervivientes entre las ruinas de la iglesia San Clemente, donde se supone que aún hay entre 30 a 40 personas atrapadas.

Los medios locales también han comenzado a difundir las primeras informaciones que llegan desde los pueblos de las estribaciones andinas, hasta donde aún no llega la ayuda a pesar de que, al parecer, han sufrido terribles daños.

Mundo solidario

Tras el temblor, las muestras de solidaridad con el país incaico comenzaron a llegar desde todas partes del mundo. Desde expresiones oficiales de condolencia hasta ayuda humanitaria de todo tipo, el apoyo no tardó en llegar desde diferentes naciones.

La presidente de Chile, Michelle Bachelet, manifestó su solidaridad con el pueblo peruano y ofreció el envío inmediato de ayuda al vecino país. "Hay un avión Hércules disponible", señaló el ministro portavoz Ricardo Lagos Weber, quien señaló que en este momento se trata de determinar qué se requiere en Perú para hacer frente al desastre.

Por su parte, la ministra ecuatoriana de Relaciones Exteriores, María Fernanda Espinosa, expresó su solidaridad con Perú y anunció que ya se está coordinando el envío de ayuda.

Desde América latina también se anotaron Colombia, Panamá y México, que centrarán sus ayudas en la ciudad de Pisco, destruida en un 80% y donde murieron 200 personas del total informado hasta el momento.

Por su parte, la Comisión Europea acordó este jueves destinar al menos un millón de euros para enviar a Perú ayuda de emergencia con la que atender a las víctimas del terremoto.

Los fondos proceden de la oficina europea de ayuda humanitaria (ECHO), que los canalizará a través de Cruz Roja, otras ONG y las agencias de la ONU presentes en la zona afectada por el seísmo.

También la Embajada de España en Perú preveía entregar tres potabilizadoras de agua proporcionadas por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) a la Dirección Regional de Defensa Civil del Departamento de Ica, la región más afectada por el terremoto.

Según comunicó la AECI en una nota de prensa, dichas potabilizadoras tienen una capacidad de producción diaria de 72.000 litros de agua, lo que supone el abastecimiento de las necesidades de 3.000 personas.

A los países citados, se suman Italia, Estados Unidos y Francia, cuyo presidente Nicolas Sarkozy, ha ofrecido a su colega peruano, Alan García, la ayuda humanitaria que considere necesaria.

La ayuda argentina

El presidente Néstor Kirchner expresó este jueves a su homólogo peruano, Alan García, sus "más sinceras condolencias" por las muertes causadas por el sismo que se registró en Perú.

A través de una carta con su firma, el mandatario le ofreció a García toda "la ayuda humanitaria incondicional" que la Argentina "pueda brindarle al pueblo peruano por intermedio de sus instituciones de Defensa Civil".

"En nombre de mi gobierno y del pueblo argentino, reciban usted y el pueblo peruano nuestras más sinceras condolencias por la pérdida de vidas humanas como consecuencia del sismo que afectó su país en el día de ayer", indicó en el texto remitido a García.

En Buenos Aires, la organización no gubernamental Red Solidaria y la comunidad peruana radicada en Argentina anunciaron el inicio de una campaña para enviar ayuda a las víctimas del sismo.

Según informaron en un comunicado, el primer envío de medicinas, ropa de abrigo y alimentos tendrá por destino a Caritas del Santuario de la Virgen de Yauca, en la ciudad de Ica, una de las más afectadas por el terremoto.