En la última semana la Oficina de Defensa del Consumidor recibió 10 denuncias de usuarios que fueron estafados en la compra de tiempos compartidos para disfrutar en el verano. "La cifra sorprende ya que no estamos en período de vacaciones donde la gente sufre este tipo de inconvenientes", aseguró a Rosario3.com Analía Carrió, titular de esa oficina. Alertan sobre contratos incompletos y la ausencia de una cláusula que beneficia a los consumidores con cinco días para arrepentirse después de la firma.

Aunque la venta de tiempo compartidos se daba hace años atrás de manera encubierta, cuando los veraneantes los paraban cuando en los peajes de la costa y se les ofrecía una raspadita donde se ganaba frecuentemente el tiempo compartido, ahora la cosa cambió. La nueva modalidad es la venta en el shopping donde se realizan frecuentemente charlas para informar y sobre todo vender.

"En los shoppings se les solicita la tarjeta de crédito y se les pide una mínima entrega para acceder a los tiempos compartidos pero no especifican absolutamente nada y ese es el problema, que los consumidores no obtienen la información necesaria", dijo Carrió.

El tiempo compartido es un lugar para vacacionar en temporada alta o baja y lo que se le ofrece a los usuarios es en cierta forma ser dueño del uso de un lugar en su estadía mientras que el lugar cuenta con otros 25 dueños en distintos momentos del año.

"La venta de tiempos compartidos puede llegar a ser un caso típico de venta domiciliaria, y por lo tanto, el consumidor tiene a partir de la firma del contrato 5 días para arrepentirse. Los tiempos compartidos fueron asimilados por la normativa a las ventas a distancia, gracias a esto cualquier consumidor tiene derecho a revocar el contrato durante los próximos 5 días de efectuado el mismo", expresó la titular de la Oficina de Defensa del Consumidor.

La cuota mensual por un tiempo compartido es de 350 pesos por mes con lo que se calcula que ese es el mínimo monto que pagó la gente que fue estafada.

En este sentido, Carrió advirtió que a los usuarios no se les explica que deberán hacerse cargos de gastos como las expensas que son realmente elevados. Por eso, la titular de esa dependencia dio algunos consejos para evitar ser estafado a la hora de elegir donde viajar.

"El consumidor no está obligado a firmar el contrato en el momento del ofrecimiento. Debe tomarse su tiempo para leer detenidamente y evitar así preocupaciones posteriores", señaló.

Y agregó: "La letra chica de los contratos oculta el verdadero alcance de los mismos. A veces, los vendedores no informan con claridad y veracidad el tiempo real del año en que los usuarios podrán utilizar efectivamente estos complejos".

Por otro lado, advirtió que no hay que olvidar que se va a firmar un contrato de adhesión que genera derechos pero también obligaciones.

"Debemos tener en cuenta que, el derecho del turista es doblemente débil. Lo es por ser consumidor, y además, por el hecho de no ser local; esta situación incrementa, sin lugar a dudas,su debilidad en la relación de consumo", concluyó.