Como se nota que en Inglaterra no hay inflación. Según un estudio realizado por las universidades de Glasgow y Paisley, un tercio de los trabajadores sufre estrés por el “bombardeo” de mails en sus casillas.
La causa de los males radica en la necesidad de responder velozmente cada uno de ellos. Y como esto no siempre se puede (salvo algunos estrategas de oficina que eluden controles de jefes), las personas padecen estrés y disminuyen su productividad, creando frustación y fatiga.
Los datos del estudio son sorprendentes: más de un tercio de las personas encuestadas dice comprobar su buzón de entrada cada quince minutos, mientras que el 64 por ciento lo hace al menos una vez cada hora.
Además, gracias a un sistema de monitorización utilizado se detectó que hay personas que llegan a visitar su e-mail hasta 40 veces por hora.
El problema principal que esto acarrea es que se interrumpen muy seguido las tareas habituales de los trabajadores y, al momento de volver a lo que se estaba haciendo, se pierde continuidad con la tarea.