Suplementar con calcio a las mujeres en el embarazo reduce en 68% el riesgo de hipertensión en la madre durante la gestación, pero también en el niño a los 7 años y, lo que es mejor aún, se estima que ese efecto permanece en la vida adulta.

Así lo comprueba un estudio realizado en 1.200 mujeres por el Instituto de Efectividad Clínica (IECS) de Buenos Aires, en conjunto con el Instituto de Nutrición de Centroamérica y el Centro Latinoamericano de Perinatología de la OPS/OMS.

"Si todas las mujeres embarazadas tuvieran una buena ingesta de calcio, se reducirían en una tercera parte las muertes maternas a nivel mundial", precisa el médico argentino José Belizán, investigador del IECS y autor del estudio.

Lo anterior se debe a que las complicaciones de la hipertensión en el embarazo -preeclampsia y eclampsia- son la principal causa de fallecimientos a nivel materno, sobre todo en países en desarrollo.

Según la recomendación de la FAO, la ingesta diaria de calcio para una embarazada debiera rondar los 1.200 mg, es decir, entre cuatro y seis porciones de productos lácteos al día; pero en promedio no supera los 800 mg.

En la población general el panorama no es mejor, advierte el doctor Jaime Rozowski, nutricionista y director del Programa de Magíster en Nutrición de la Universidad Católica de Chile. "El consumo es muy bajo; estudios que hemos hecho en adultos muestran que consumimos unos 500 mg diarios, la mitad de lo que necesitamos".

Si bien ya se conocían antecedentes sobre los beneficios del calcio durante el embarazo, fue la observación de una tribu de indígenas maya, en Guatemala, lo que llevó al doctor Belizán a ahondar en el tema.

La base de la dieta de estos indígenas son unas tortillas fabricadas con maíz, el que dejan remojando durante la noche con piedras de cal, lo que les aporta calcio en abundancia. Al observar que estas mujeres presentaban índices de hipertensión durante el embarazo considerablemente más bajos que el promedio -incluso similar al de países desarrollados-, Belizán decidió estudiar la acción del calcio en un grupo de 1.200 mujeres argentinas.

A la mitad de ellas se les dio un suplemento de calcio, y a la otra mitad un placebo. Al cabo de unos meses de observación, se comprobó que aquellas que recibieron el suplemento redujeron en 68% el riesgo de preeclampsia.

Al tiempo, "cuando estudiamos a los hijos que tuvieron esas mujeres, vimos que en ellos también había menos hipertensión", dice Belizán.

También realizaron estudios en ratas y comprobaron que el efecto se amplifica a lo largo de la vida del animal. "No está todavía demostrado en humanos, pero podemos suponer que el calcio actuaría como un protector de la hipertensión en la adultez", agrega el especialista, quien presentará los detalles de su investigación en el VI Congreso Mundial sobre los Orígenes Tempranos de la Salud y la Enfermedad (DOHaD 2009), que se realizará este mes en Santiago de Chile.

"Lo novedoso de las últimas investigaciones es que están demostrando que la nutrición intrauterina determina las enfermedades del adulto, y eso abre un campo muy importante para la prevención", precisa el doctor Rozowski.

Por ejemplo, el calcio es la base para la formación de la estructura ósea del feto, por lo que su presencia tiene una relación directa con la talla al nacer. Estudios en Chile muestran la asociación entre talla baja al nacer y menor rendimiento intelectual, así como una talla normal y mayor rendimiento en la prueba Simce. Otros análisis revelan que los hijos de mujeres suplementadas con calcio tenían menos caries a los 12 años.

Fuente: El Mercurio – Chile