Israel suspendió durante 48 horas las operaciones aéreas en el sur del Líbano para que se investigue la masacre de 57 civiles en un bombardeo de la aviación israelí este domingo en la localidad libanesa de Qaná, dijeron fuentes diplomáticas norteamericanas citadas por el diario israelí Haaretz.

Asimismo, Israel coordinará con la ONU el establecimiento de un corredor de seguridad o "ventana de salida" con una vigencia de 24 horas para que los residentes en el sur del Líbano puedan abandonar la zona en caso de que lo deseen.

La muerte de los 57 civiles, 37 de ellos niños, suscitó reacciones en todo el mundo, desde una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU hasta la petición de Washington a Israel de que "tenga más cuidado".

La secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, se quedó en Israel para entrevistarse con el primer ministro de ese país, Ehud Olmert, después de conocerse la tragedia, que hace peligrar la posibilidad de una salida diplomática a la actual crisis. El conflicto bélico comenzó el pasado 12 de julio con la muerte de tres soldados israelíes y el secuestro de otros por el grupo chiíta libanés Hezbolá.

Olmert dijo a Rice que su ejército necesita entre diez y catorce días para terminar su ofensiva en el Líbano, informó la radio pública israelí.

Se esperaba que Rice hubiera viajado este domingo a Beirut para buscar un consenso allí y el miércoles debía presentar un proyecto de resolución en la ONU sobre una posible tregua.

Pero el primer ministro libanés, Fuad Siniora, reconoció implícitamente ante la prensa que pidió a la secretaria de Estado que no viajara al Líbano.

Washington instó a Israel a que "tenga más cuidado", pero no a un alto el fuego inmediato tras la matanza, calificada de "incidente trágico y terrible" en un comunicado del portavoz de la Casa Blanca, Blair Jones.

El jefe de operaciones de la fuerza aérea israelí, el general de brigada Amir Eshel, aseguró en una rueda de prensa que las primeras investigaciones revelan que el edificio fue bombardeado horas antes de que se desplomara.

Según Eshel, "al Ejército no le queda claro la diferencia de horas entre el bombardeo y el desplome".

 

Fuente: EFE