No solo los chicos celebraron la Navidad, los comerciantes también. En los últimos días del 2006 la actividad en el centro era frenética. Ropa, libros, aparatos tecnológicos, celulares, todo lo que estuviera en una vidriera entraba en la lista de posibles regalos para dejar abajo del arbolito.

Pero las fiestas pasaron y el arranque del nuevo año trajo un enero tranquilo. Demasiado tranquilo para esos locales que antes trabajaban a destajo, en donde los empleados hacían horas extra y la mercadería casi no alcanzaba para la incesante demanda.

La desesperación de los dueños de los negocios suele traducirse en una palabra: Liquidación. Ese es el cartel que por estos días tiene un lugar privilegiado en cuanta vidriera se mire. Como demostró una recorrida realizada con las cámaras de Canal 3, en algunos casos los precios de los artículos quedan rebajados hasta un 50 por ciento. En otros casos, la propuesta es llevarse dos al precio de uno. Y tampoco faltan los negocios en donde si se compra algo llega con un regalito.

Dólares y euros en mano, muchos turistas extranjeros y también argentinos radicados en el exterior que están de visita aprovechan esta tendencia para retornar a destino con nuevas bolsas y regalos para todos, sin importar que ya se haya desarmado el arbolito cuando se vuelvan.