Tres son los títulos nuevos que ingresan a la grilla de cines rosarinos, dos de los cuales tienen la particularidad de ser made in Argentina. En más, uno de la dupla es cien por ciento regional, producido y filmado en Rosario y alrededores. El tercero que completa las novedades es un film francés que recrea la vida del célebre dramaturgo Molière.

Con su nombre como título del film, Molière, relata un tiempo en la vida de este escritor antes de que se convirtiera en un personaje famoso. Corría el año 1644 cuando fue liberado de la cárcel por Monsieur Jourdain, quien paga las deudas del joven actor a cambio de clases de teatro. Así es como Molière se va a vivir a la casa de Jourdain y su esposa, Elmire, de quien se enamora perdidamente. Pero Elmire no le corresponde y por el contrario, siente rencor hacia su huésped. Sin embargo, Molière no repara en ello y deja que su pasión por la joven le modifique su costado de artista.

Tocar el cielo, es una producción nacional cuya historia transcurre en dos escenarios paralelos España y Argentina, unidos por un grupo de amigos que una tradición que año a año se lleva a cabo simultáneamente en ambos países. A las doce en punto de Buenos Aires y a las cinco de la mañana de Madrid, cada uno de ellos suelta un globo, en cuyo hilo viaja pegado un papelito con un deseo escrito. En cada globo viaja una historia, que seguramente va a atrapar a los espectadores.

A dos tintas es un film realizado por dos jóvenes que siendo estudiantes de cine se largaron a concretar el sueño de la realización de su propia película, la cual luego de cuatro años de rodaje quedó lista y este jueves se estrena en una sala comercial.

La historia que llevaron a la pantalla grande gira en torno de Federico Figueroa, un escritor de 40 años que sufre de esquizofrenia. El personaje recibe el alta médica y estando fuera del hospital decide escribir una novela, la cual ambientará en la Argentina de 1847. En su relato, Federico crea un personaje, un profesor de pintura que se enamora de una de sus alumnas, llamada Mercedes, quien se volverá una obsesión luego que un interno del hospital dibuje en una hoja a Mercedes idéntica a como él la imaginó.

A partir de ese momento, Federico desarrolla una especie de obsesión con esta mujer imaginaria, hasta el punto que empieza a buscarla en el terreno de la realidad, llegando a confundir la realidad con la ficción.