El gobernador del estado de Río de Janeiro, Sergio Cabral Filho, anunció el envío de tropas federales para solucionar el problema del incremento de la violencia de pandillas en las calles de Río de Janeiro y sus alrededores.

Luego de reunirse con el secretario de Seguridad Pública, Luiz Fernando Correa, Cabral dijo que la Fuerza Nacional de Seguridad de Brasil será desplegada para patrullar los limites del estado y evitar así la entrada de más armas, criminales o drogas, informó el portal en español de la BBC.

Esto se produce luego de una serie de ataques violentos ocurridos que dejan al menos 19 muertos en menos de una semana.

El gobernador de Río de Janeiro dijo, además, que buscará la autorización del presidente Luiz Inacio Lula da Silva para que efectivos de las fuerzas federales también puedan patrullar las calles de la ciudad.

El lunes pasado Lula dijo en el discurso de inauguración de su segundo término presidencial que "no se puede permitir ni puede ser tratado con normalidad que alguien entre en un autobús, le prenda fuego y no deje que los pasajeros salgan", en referencia a actos de violencia ocurridos el pasado jueves.

Ese jueves comenzaron los ataques, en los que los criminales prendieron fuego a 10 colectivos y dispararon contra puestos policiales. El saldo de ese estallido de violencia fue dos oficiales y dos transeúntes muertos, además de siete personas que fueron quemadas vivas en un autobús y otra que murió posteriormente por quemaduras.

De acuerdo a la BBC, el acuerdo entre las autoridades del estado de Río de Janeiro y el gobierno federal pone de manifiesto un nuevo espíritu de cooperación entre ambas partes. Esto luego de que el entonces gobernador de Sao Paulo, Claudio Lembo, rechazara recibir ayuda federal tras una serie de noches de violencia de pandillas ocurrida en esa ciudad en mayo pasado.

Cabral, quien asumió como gobernador de Río de Janeiro el lunes, anunció que además piensa mantener conversaciones la próxima semana con los gobernadores de los estados aledaños para tratar de poner en marcha un nuevo programa de seguridad regional, en un esfuerzo por acabar con la violencia de pandillas.

Río de Janeiro, la mayor atracción turística de Brasil, tiene uno de los índices de homicidio más altos del mundo, de alrededor de 40 de cada 100.000 personas por año.

La mayor parte de los actos violentos suceden en áreas marginales y pobres, pero a veces se extiende a zonas populares y turísticas.