Existe una escasa oferta de profesionales en el área de Ciencias de la Atmósfera. Por este motivo, el Ministerio de Ciencia, la Universidad de Buenos Aires (UBA) y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) ofrecen un programa de becas para promover el estudio de la meteorología y atraer a jóvenes interesados en este campo, según comunica el sitio Universia. Este año, las becas por alumnos ascendieron a 9.000 pesos.

El título de meteorólogo o de Licenciado en Ciencias de la Atmósfera asegura trabajo dado que siempre ha existido una demanda de estos profesionales y una escasa cantidad de alumnos que se anotan en la carrera.

Para desempeñarse en esta profesión se necesita un sentido de curiosidad científica importante, además de una gran responsabilidad, porque los cultivos, la aviación, la energía, las actividades al aire libre, la pesca, el turismo y el transporte, entre otras actividades, dependen en muchos aspectos del tiempo.

La docente en el Departamento de Capacitación del SMN, María Inés Campos, dijo que se necesita tener una base sólida de física y matemática para comprender los fenómenos del tiempo y clima. “Si bien la tecnología y el conocimiento científico se han desarrollado enormemente y ayudan a resolver problemas, aún hay mucho para estudiar y descubrir”, afirmó Campos.

Muchos de los estudiantes de física tienen la vocación y las habilidades necesarias para desempeñarse en el área de la meteorología y se pasan de carrera. Esto es posible porque “la meteorología es una rama de la física aplicada”, explicó.

La responsable de Recursos Humanos del SMN, Julia Reartes, sostuvo que “el egresado de la UBA es altamente calificado”. Cuando aprueban el tercer año, los estudiantes obtienen un título intermedio que les permite ser reclutados para trabajar en el organismo. “Una vez adentro, se brinda entrenamiento en el puesto de trabajo durante un año para lograr un desempeño autónomo”, explicó Reartes, quien detalló que los puestos de trabajo más demandados actualmente en el país son los pronosticadores aeronáuticos, pronosticadores para vigilancia por sensores remotos, observadores de superficie para determinadas locaciones fuera de Buenos Aires y técnicos electrónicos para el mantenimiento del instrumental meteorológico.

El observador meteorológico mide, registra y envía los datos de parámetros meteorológicos: temperatura, humedad, presión atmosférica, viento en superficie, tipo y cantidad de nubosidad, y precipitación. Este proceso debe ser repetido de manera regular varias veces al día para conformar el informe sobre la evolución de las variables. Con esta información, más los datos numéricos, imágenes satelitales y de radar se realiza el pronóstico del tiempo y otros productos meteorológicos.

“En nuestro trabajo nunca un día es igual otro, porque la evolución del tiempo en el país nos marca los cambios en la rutina”, comentó la responsable de la División Pronóstico del SMN, Alicia Cejas.