El Ferrari creado en 1962 para Stirling Moss se convirtió en el auto más caro en la historia del mundo automotriz.

Se trata de la versión 250 GTO pensada para la alta competencia de la Fórmula 1, aunque nunca llegó a desembarcar en alguno de los circuitos mundiales bajo la conducción del piloto británico.

La cifra de la transacción habría ascendido a u$s35 millones, de acuerdo a un cable de la agencia de noticias Bloomberg.

Esta cifra supera los u$s32 millones pagados por otro 250 GTO a principios de este mismo año. Su anterior propietario fue un empresario holandés relacionado con el mundo del vino, y ahora descansará en el garaje del coleccionista estadounidense Craig McCaw, muy relacionado con el mundo de las telecomunicaciones.