Vienes 8 de febrero. Se cumple el primer aniversario de la muerte de Luis Alberto Spinetta. Para recordarlo, en el marco de las actividades de verano organizadas por la Secretaría de Cultura municipal, este sábado un grupo de músicos celebrará su legado desde las 21, en el Anfiteatro Humberto de Nito, con entrada libre y gratuita.

Javier Malosetti, junto a su banda Electrohope, Claudio Cardone, Gonzalo Aloras, Mavi, Victor Parma, Ike Parodi, Adrián Monzón, Fabián Gallardo y Mamá Pájaro, serán los artistas de una noche promete recuerdos y anécdotas para celebrar al músico eterno.

“Pensamos un homenaje con temas de Luis, sobre todo algunos que ya grabé, como «Credulidad». Pero también vamos a hacer canciones de Eletrohope. Además, si estuviera Luis diría «pero qué vas a tocar esto, tocá lo tuyo»”, señala del otro lado del teléfono el bajista Javier Malosetti, en diálogo con Rosario3.com.

La pregunta se repite una y otra vez:, ¿Qué determina la supervivencia de un músico? ¿Su pericia, su técnica, las canciones, el momento en que emerge? O bien, un poco de todo.

“Para mí cuenta la forma que constituye un artista. Luis tiene una lírica espectacular y una armonía que tiene que ver con mucho mundo: con el jazz, con el tango, con la música brasilera”, señala el instrumentista que elige la proximidad del nombre antes que la cotidianidad de “Flaco” para referirse a Spinetta.

“Pero es difícil empaquetarlo en un folder”, continúa. “Habrá sido rocker en alguna época, pero le quedó chico. Escuchaba Bill Evans, Djavan, John Lennon y además tenía una fuerte personalidad. Vos no podés decir que es re Beatle o re otra cosa, es su propia etiqueta”, apunta el también cantante, mientras pregunta por un termo a quienes lo rodean del otro lado del teléfono. “Estoy con el mate en la mano y no lo encuentro”.

“Spinetta es un músico en un sentido muy general, que me influenció en distintos aspectos”, admite el guitarrista Gonzalo Aloras a Rosario3.com. El músico rosarino se subirá al escenario invitado por Malosetti para hacer canciones de Peluson of milk, Madre en años luz y “algo de Pescado Rabioso”.

“Pero el Flaco era una especie de universo porque él abría otras puertas. No sólo pasa por la guitarra o la letra, o la melodía; sino por una visión del mundo. Él imprimía en sus conciertos y en sus canciones otras cuestiones ligadas con lo humano y lo filosófico”, explica el ex Mortadela Rancia.

El instrumentista destaca la complejidad de Spinetta como capaz de construir un universo donde conviven (Carlos) Castaneda, (Antonin) Artaud o (Michel) Foucault, y la posibilidad de establecer un seguimiento de esos puntos de fuga a través de los discos, de los reportajes; de los años.

“No es muy común que eso ocurra en el mundo del rock. Primero porque es rock, pero también porque es mercado”, completa Aloras.

Cuando Malosetti fue Emily

El nombre no guarda conexión alguna con “See Emyly play”, de Pink Floyd. El hilo musical lleva hacia la segunda mitad de los sesenta y la formación de Almendra. “Luis me llamaba «Emily» de acá, «Emily» de allá, porque le hacía acordar a Emilio del Guercio”, revela el bajista.

“Yo tocaba con Jota Morelli y (Juan Carlos) Fontana y ellos eran parte de la banda de Luis. Y yo era su fan, pero estaba Machi en el bajo. Así que más de una vez fantaseaba en broma y decía «qué podemos hacer para que a Machi le pase algo»”, admite entre risas, mientras sigue, ahora con más énfasis, preguntando por su termo.

Y el día llegó. Fue un 1º de enero de 1989. Spinetta se paró frente a Malosetti y le dijo: “Emily, año nuevo, vida nueva”. Así comenzó el primer ensayo en la sala donde luego se montó el estudio La Diosa Salvaje. “Me acuerdo que ahí funcionaba una veterinaria y tenía olor a perro”, ríe otra vez el frontman de Eletrohope.

“Tocamos dos veces en el (Humberto) De Nito con Luis. La última vino «el Doc» con nosotros y Luis tenía un dolor de garganta terrible. Estaba para tirar con tanto moco. Y «el Doc» le dio una pichicata que lo dejó subir a cantar”, remonta Malosetti.

El doctor al que hace referencia el músico es Daniel Rausi, oftalmólogo, “amigo de Luis” y “testigo de todo su último tiempo”, además de baterista de Genetic.

“En esa noche tocamos con el tuerto Wirtz”. Pausa. “Me siento huérfano”, confiesa.

—Spinetta lo convocó cuando muchos lo miraban de reojo por haber formado La sonora de Bruno Alberto. Había cierto prejuicio con él.

“Yo siento que toqué con Bonham. El tuerto (Nota: Daniel, hermano de Manuel y fallecido en 2008) era un baterista muy intenso. Y yo ya le conocía los pases entonces era como una melodía entre los dos. Además, era mi compañero de habitación, mi amigo. Era de ir a pelear la plata al manager conmigo”. Otra pausa.

Sobre los tiempos pasados

Al ser consultados ambos instrumentistas sobre cuál es el tramo musical de la discografía spinettiana que más repiten, Aloras dispara: “Mi época favorita es la de finales de los ´80 y principios de los ´90, que es la etapa que menos le gusta a muchos, pero tiene que ver con mi edad y con el momento en que lo descubrí. Discos como Téster de violencia o Don Lucero”, señala el músico cuyo presente lo encuentra editando su primer DVD en vivo con las presentaciones de los discos 12 y Algo vuela.

“Me gustan todas la etapas. Soy un fan, no tengo objetividad sobre eso. Porque lo entiendo como un camino. Si vos entendés eso, ves que es el mismo tipo que se reúne con otra banda pero el tratamiento es diferente: un órgano o una guitarra o una maquinita, son como texturas que  visten las canciones de algún modo”, esgrime Malosetti, quien, finalmente, encuentra su termo detrás de un bafle.

El bajista cierra el homenaje a Luis Alberto junto a Claudio Cardone, Gonzalo Aloras y Daniel Rausi