Los cafés con gatos son un furor en Tokio donde un tercio de las personas vive sola y el sentimiento de soledad es uno de los mayores del mundo.
El servicio es muy simple, ya que sólo hay que pagar 500 yenes (4,5 dólares) por media hora rodeado de gatos, que se puede renovar cada 10 minutos a cambio de 150 yenes (1 dólar).
También se pueden consumir bebidas como café, té, zumo e incluso cerveza, pero no se sirve comida. Eso sí, los clientes no pueden llevar sus propios gatos.
Se trata de jugar o estar con gatos de entre menos de un año y 3 años, que trabajan en esta cafetería.
Una vez en la cafetería y antes de relacionarse con los gatos es obligatorio el rito de ir al baño para lavarse las manos primero con un jabón especial y luego con alcohol, por razones de higiene.
La idea de este tipo de cafetería llegó de Taiwan, de donde un nipón que pasaba por la capital, Taipei, importó el concepto para ponerlo en práctica en Osaka, hace cuatro años.
Sólo en Tokio ya hay una veintena, pero la pregunta es: ¿qué es lo que hace que un japonés pague 500 yenes (4,5 dólares) para tomarse un café rodeado de gatos?
Según la dueña de la cafetería gatuna Neko JaLaLa, Mariko Nakamura, las razones son varias, en muchas casas de la capital está prohibido tener mascotas y además los animales proporcionan un ambiente de relajación.
Además los amantes de los gatos siempre están contentos de ver y acariciar a estos animales.
Hay clientes que se acercan a la cafetería 2 o 3 veces por semana y cada uno tiene su favorito, pero el gato más exitoso es Jack, un ejemplar negro de 2 años y medio, porque es muy tranquilo.
Fuente: EFE.


