La muerte súbita afecta a uno de cada diez argentinos, según un informe del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires (ICBA)que afirma que un 20% de la población sana en el país desconoce que puede morir por esta causa. El diagnóstico preventivo permite evaluar posibles riesgos y actuar en consecuencia.



Los chequeos médicos resultan fundamentales para prevenir la muerte súbita, que puede afectar a personas de cualquier edad, sexo, estado físico y no necesariamente está asociada a enfermedades cardíacas previas, aunque en la mayoría de los casos corresponde a un corazón enfermo.



Para realizar estos estudios, El ICBA inaugura la clínica de prevención de la muerte súbita, un servicio multidisciplinario que permite estratificar el riesgo de padecerla. Según el Dr. Fernando Scazzuzo, Jefe de Electrofisiología Intervencionista del ICBA, “Existen en la actualidad diversas evaluaciones y estudios orientativos que permiten saber con anticipación si una persona presenta factores de riesgo y estratificarlo por niveles.



Esta estratificación es útil para identificar pacientes con elevado riesgo de sufrir estos eventos, y nos permite tomar decisiones sobre los tratamientos específicos a seguir para cada uno de ellos.”



Este tipo de deceso es el resultado de una pérdida abrupta de la función cardíaca sin aviso previo. En ese momento, el corazón ya no es capaz de bombear sangre al cerebro y al resto del organismo. En consecuencia, se produce en la mayoría de los casos el fallecimiento casi inmediato de la persona.



El tiempo y la forma de la muerte son inesperados y se produce en menos de una hora luego del inicio de los síntomas, que resultan para los pacientes muy poco específicos: mareos, falta de aire, dolor precordial y palpitaciones.



La mayoría de los paros cardíacos que llevan a la muerte súbita ocurren cuando los impulsos eléctricos generados en un corazón enfermo provocan alteraciones del ritmo (arritmia) muy importantes como la taquicardia o fibrilación ventricular, capaces de provocar que el corazón deje de latir repentinamente.



Estas situaciones se producen cuando existen factores de riesgo tales como antecedentes de infarto previo, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía chagásica , diabetes, colesterol alto, hipertensión, obesidad, tabaquismo, muerte súbita en la familia.



Cuando la muerte súbita se produce en adultos jóvenes aparentemente sanos, otras anomalías cardíacas son las causas más probables. La adrenalina que se libera durante la actividad física o deportiva intensa, con frecuencia actúa como un disparado.



Fuente: Perfil