Todo arrancó con el tema de las famosas entradas. Que iban a ser 8.500, que la seguridad estaba controlada, que había ánimo y buena predisposición de ambas partes –entiéndase autoridades de Newell´s y Central– y que el folclore se desarrollaría solamente con el fútbol.

Pero todo cambió, o mejor dicho el presidente de Central, Horacio Usandizaga, hizo que todo cambie. Es que según el otro presidente, el de Newell´s, el Vasco faltó a la palabra el Vasco, ya que no cumplió con su promesa de dar las entradas mencionadas anteriormente.

Pero mas allá de todo el clásico se jugará y los que puedan estar en el Gigante verán un encuentro que en los papeles será bárbaro. Los que no puedan ingresar lo verán como dijo Lorente, en el Coloso, en pantalla gigante.

Por primera vez no se llevará el famoso “arreglo convenido para empatar” todas las miradas: es que a ninguno de los dos le conviene.

Central necesita imperiosamente ganar para salir de la promo y Newell´s desea las unidades ya que está a tres puntos de ingresar a la Copa Sudamericana.

Entonces este va a ser el partido que todos quieren disputar –léase los jugadores– y algunos no podrán, el caso de Ezequiel por ejemplo por la expulsión.

En fin: habrá que aguardar hasta el domingo para ver qué ocurre con el resultado, quién saldrá contento, o triste, pero en el medio una semana cargada de información y adrenalina con cargadas de por medio y mucho más.

Los técnicos no confirmarán hasta último momento las formaciones, el aguante de los simpatizantes de un equipo y otro, el banderazo, el pingüinazo y todo lo que se espera en la previa es el aditamento extra que tiene un Central-Newell´s.

Bueno, habrá que armarse de paciencia, esperar que la semana vaya transcurriendo con tranquilidad y los que sufren con antelación, tomar un tranquilizante.

Lo lindo de esto es que este clásico es de primera.