La curcumina, un colorante natural procedente de la cúrcuma, tiene la capacidad de matar las células cancerosas, según un estudio difundido por investigadores del Centro de Investigación del Cáncer de Cork (Irlanda).
Publicado en la revista British Journal of Cancer, el estudio indica que las pruebas de los investigadores demostraron en laboratorio que la curcumina puede destruir las células del cáncer de garganta, lo que puede abrir el camino a nuevos tratamientos.
La doctora Sharon McKennan y su equipo constataron que la curcumina era muy eficaz y que pasadas tan sólo 24 horas empezaba a desatar el proceso de destrucción de las células malignas.
Los investigadores comprobaron también que estas células empezaban a digerirse a si mismas, una vez que la curcumina lanzaba las primeras señales de destrucción celular.
"Los científicos hemos sabido durante mucho tiempo que los componentes naturales tienen el potencial de tratar células defectuosas que se han convertido en cancerosas y sospechábamos que la curcumina podía tener un valor terapéutico", dijo McKennan.
El profesor Leslye Walker, del Centro de Investigación del Cáncer en el Reino Unido, destacó que se trata de "una investigación interesante que abre la posibilidad de que los componente químicos naturales de la cúrcuma se puedan desarrollar como nuevos tratamientos contra el cáncer esofágico".
"Los índices de cáncer esofágico han aumentado más de un 50 por ciento desde los años 70, algo que guarda relación con el aumento de los índices de obesidad, el consumo de alcohol y los problemas de reflujo, de manera que encontrar vías para prevenir esta enfermedad es muy importante", comentó Walker.
En el mundo desarrollado, este tipo de cáncer es el sexto más frecuente y causa el 5 por ciento de las muertes por la enfermedad.
Fuente: EFE
Publicado en la revista British Journal of Cancer, el estudio indica que las pruebas de los investigadores demostraron en laboratorio que la curcumina puede destruir las células del cáncer de garganta, lo que puede abrir el camino a nuevos tratamientos.
La doctora Sharon McKennan y su equipo constataron que la curcumina era muy eficaz y que pasadas tan sólo 24 horas empezaba a desatar el proceso de destrucción de las células malignas.
Los investigadores comprobaron también que estas células empezaban a digerirse a si mismas, una vez que la curcumina lanzaba las primeras señales de destrucción celular.
"Los científicos hemos sabido durante mucho tiempo que los componentes naturales tienen el potencial de tratar células defectuosas que se han convertido en cancerosas y sospechábamos que la curcumina podía tener un valor terapéutico", dijo McKennan.
El profesor Leslye Walker, del Centro de Investigación del Cáncer en el Reino Unido, destacó que se trata de "una investigación interesante que abre la posibilidad de que los componente químicos naturales de la cúrcuma se puedan desarrollar como nuevos tratamientos contra el cáncer esofágico".
"Los índices de cáncer esofágico han aumentado más de un 50 por ciento desde los años 70, algo que guarda relación con el aumento de los índices de obesidad, el consumo de alcohol y los problemas de reflujo, de manera que encontrar vías para prevenir esta enfermedad es muy importante", comentó Walker.
En el mundo desarrollado, este tipo de cáncer es el sexto más frecuente y causa el 5 por ciento de las muertes por la enfermedad.
Fuente: EFE