“Había que clavárselas”. Al socialista le brillaron los ojos. “El festejo del triunfo no se regala”, justificó el sorpresivo (¿apresurado?) anuncio de victoria de Miguel Lifschitz y Mónica Fein a las 21.48. Pero ya estaba dicho y no había vuelta atrás. El Frente Progresista Cívico y Social (FPCyS) se asumió conductor del destino de santafesinos y rosarinos para los próximos 4 años. Incluso, y cuando a la medianoche lo separaba por apenas 2 puntos del PRO –el sector de Mauricio Macri exigió un recuento de votos-, la intendenta calificó la diferencia de “irreversible”.
Hacía frío en el Patio de la Madera a las 18.15. El búnker del Frente Progresista fue dispuesto en tres ambientes; el central de grandes dimensiones contenía un escenario cercado por pantallas donde se leía “Seguimos siendo el cambio” y un “corralito” de prensa para que periodistas y camarógrafos acreditados de todo el país hicieran lo suyo. Por entonces, empezaron a aparecer los primeros funcionarios y dirigentes que intentaban mostrarse neutrales ante la requisitoria mediática y una hora después, el panorama continuaba igual. Sonrisas, charlas de a dos o tres, pero en definitiva, un espíritu optimista reinante, más o menos disimulado por unos y otros.

Cerca de las 21.30 se conoció el próximo paso: se iban a difundir los resultados favorables que arrojaban las mesas testigo. El termómetro picó en punta y en medio del calor militante a puro bombo, cantito y bandera en alto –hay que destacar la efervescencia de los seguidores de la concejala María Eugenia Schmuck– la noche empezó a tener forma de festejo. Veinte minutos después Eduardo Di Pollina ponía los números propios sobre la mesa. Y comenzó una lluvia de papelitos incesante.


El Patio de la Madera se llenaba de simpatizantes y los más jóvenes hacían pogo a los pies del escenario sin prestarle mayor atención a la realidad que mostrab. una pantalla gigante: Del Sel estaba ganando por muy poquito. A las 22.48 los “Migueles” se pusieron cabeza a cabeza con el 30.7 y volvió a explotar una única voz llena de gritos de euforia. “Miguel Del Sel a los Midachi vas a volver”, corearon efusivos.

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