La última novedad en medicina: un microchip en el cerebro soluciona las manías obsesivas. El método ya se usa en Estados Unidos y varios países de Europa. Se trata de intervenciones quirúrgicas en enfermos con manías obsesivas graves. La operación consiste en implantar dos microchips o electrodos en el cerebro del paciente, que mandarán impulsos eléctricos al punto de la mente donde generan esas ideas obsesivas, la unión del lóbulo frontal con el tálamo, con el fin de frenarlas.

Los trastornos obsesivos compulsivos, como lavarse las manos una y otra vez a pesar de que no están sucias por temor a contagiarse de enfermedades inexistentes, afectan a 2,5 por ciento de la población. Son personas cegadas por un temor absurdo y sin fundamento al que reaccionan con comportamientos anómalos. Lo saben, pero no pueden evitarlo. Esta patología incapacita para la vida a un 20 por ciento de quienes la padecen, que no pueden trabajar, relacionarse ni llevar una vida normal.

El único modo de tratar esta enfermedad era, hasta hace poco, la psiquiatría. Sin embargo, la cirugía está logrando éxitos mediante una novedosa técnica que consiste en implantar microchips en el cerebro del paciente.

Los médicos que van a comenzar a usar la metodología en España dijeron al diario El País que "la intervención es muy sencilla y tenemos todo lo que necesitamos para empezar en cuanto seleccionemos un paciente". Los médicos citados por el periódico español también explican que “el enfermo llevará bajo la piel de la clavícula un generador del tamaño de una pastilla de jabón de hotel, con una batería de litio. Este artefacto tiene un cable que recorre el cuello hasta alcanzar el cerebro por vía subcutánea.”

“El generador mandará energía a los electrodos, responsables de lanzar estímulos eléctricos a las conexiones del lóbulo frontal con el tálamo, donde se generan las emociones. Su objetivo es impedir las conexiones de neuronas de estas dos áreas de la masa cerebral donde, según se cree, fluyen las ideas absurdas que acaban por obsesionar al paciente. Los dos electrodos se introducen mediante dos orificios muy pequeños en el cráneo, que se tapan posteriormente.”, continúan explicando los profesionales