Un nuevo prototipo de endoscopio toma imágenes por debajo de la superficie de órganos y tejidos. John Saltzman, gastroenterólogo y director de endoscopia en Brigham and Women’s Hospital, afirma que una técnica como esta ayudaría a identificar los signos iniciales de cáncer, particularmente en el esófago.

Para una endoscopia típica, los doctores insertan una fibra larga y delgada, equipada con una cámara, a través de los conductos de aire o el tracto gastrointestinal a la búsqueda de anormalidades. Las imágenes, mostradas en un monitor en tiempo real, pueden revelar signos de infección, sangrado interno, úlceras y tumores sobre la superficie de los tejidos. Sin embargo las endoscopias de hoy día sólo muestran una imagen superficial y no revelan lo que ocurre bajo la superficie, como por ejemplo el desarrollo inicial de tumores.

“El ochenta y cinco por ciento de los cánceres se originan desde el epitelio, que está a unos dos milímetros de profundidad,” afirma Huikai Xie, profesor asociado de ingeniería eléctrica e informática y director del Laboratorio de Biofotónica y Microsistemas. Además de su potencial para detectar signos iniciales de cáncer, afirma, puede que sea también útil como herramienta quirúrgica, ayudando a los cirujanos a determinar la profundad de incrustación de un tumor dentro de los tejidos. “Si tienes que extirpar el tumor, los cirujanos suelen tener problemas a la hora de determinar cuándo parar. Con una herramienta de alta resolución y en tiempo real, no tendrán ninguna duda.”

En una enfermedad llamada esófago de Barett, por ejemplo, las células que recubren el esófago pasan por un tipo de cambio que hace que se incremente el riesgo de cáncer, afirma Saltzman, que no estuvo involucrado en el estudio. “Esta tecnología sería ventajosa para nosotros puesto que nos ayudaría a detectar ese tipo de anormalidades.”

En vez de tener una diminuta cámara en la punta, el endoscopio de Xie está equipado con un escáner de infrarrojos y un diminuto espejo, que escanea el tejido capa a capa para proporcionar una imagen tridimensional con resolución microscópica. La técnica está basada en un método llamado tomografía de coherencia óptica (OCT) un haz de láser es emitido través del brazo del endoscopio OCT, alcanza el tejido, y refleja algo de luz de vuelta, mientras que el resto se esparce. Los distintos tejidos, tales como el cancerígeno frente al normal, reflejan la luz de forma diferente. Un interferómetro mide la luz reflejada y sustrae la luz esparcida. Al alterar la longitud del brazo se altera la profundidad a la que la luz se refleja directamente de vuelta, lo que produce imágenes de distintas capas, que juntas forman una imagen tridimensional. El método es similar a la tecnología de ultrasonido, y a menudo se denomina “ultrasonido óptico.”

Fuente: Technology Review