"Los pesticidas tienen más consecuencias potenciales de lo pensado. Pueden causar muchas cosas", sostuvo la doctora Jane A. Hoppin, del Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental, en Carolina del Norte.

Hoppin integra un equipo de investigadores que estuvo estudiando unos 57.000 aplicadores de pesticidas autorizados desde 1993 y que comenzó a publicar los resultados en el 2000.

La mayoría de los participantes en el llamado Estudio de Salud Agrícola son granjeros y el resto, trabajadores contratados para aplicar los pesticidas en los cultivos, las semillas y los animales.

Estudios previos habían asociado la exposición a ciertos pesticidas con síntomas respiratorios superiores, como sibilancias, de modo que el equipo decidió investigar si también causarían rinitis (inflamación nasal).

Los investigadores seleccionaron a 2.245 aplicadores; el 74 por ciento dijo que había tenido un episodio de rinitis el año previo. Eso supera la tasa de rinitis en la población general, que es del 30 por ciento.

La exposición a cinco de los 34 pesticidas utilizados estuvo asociada con un mayor riesgo de desarrollar rinitis. Eso incluyó dos productos muy utilizados: 2,4-D y glifosato. El 45 y el 52 por ciento de los participantes con rinitis habían estado, respectivamente, en contacto con los dos pesticidas.

La gente, dijo Hoppin, también usaría esos pesticidas en el hogar y el jardín, pero estaría expuesta a concentraciones más bajas que los aplicadores.

También se identificó una asociación entre la rinitis y el diazinón (un insecticida prohibido para uso residencial desde el 2004), el aceite de petróleo (mejora su viscosidad) y el benomil (fungicida de uso raro).

El estudio se concentró en un único punto en el tiempo, de modo que no pudo demostrar si la exposición a los pesticidas era previa a la rinitis o viceversa.

Con todo, agregó la autora, la investigación halló que el riesgo de rinitis aumentó con la cantidad de días que una persona había usado aceite de petróleo o diazinón, lo que revela una relación causal.

Fuente: Reuters Health