El periodista Paulino Rodrigues contó que vive una verdadera pesadilla desde que se separó: su ex mujer le hizo una denuncia "infundada" de abuso contra su hija y hace casi cinco meses que la Justicia le impide ver a la pequeña.
"Hace 141 días que no veo a mi hija por una denuncia infundada sólo sustentada por un informe psicológico a alguien a quien la mamá llevó un día después de la separación, que ningún pediatra valida, e incluso descartan", relató Rodrigues en un video.
El periodista explicó que "suponen" que su hija "pudo haber sido abusada sexualmente" por él por "cuestiones como un dedo en la cola". Su hija mía tenía al momento de la separación 2 años y 8 meses. "Soy un papá al que no lo dejan ser", lamentó al borde del llanto.
Rodrigues relató que su ex pareja nunca dejó de practicar el co-lecho: mientras estaban juntos su hija dormía con ellos en la cama. La separación fue en abril. Desde entonces su ex nunca lo dejó estar a solas con su hija. Después vino la denuncia, que plantea qué él "manoseaba" a la pequeña en la misma cama "donde dormía ella. Un disparate, una locura".
Rodrigues dijo que al principio le pareció razonable que le liberaran una orden de restricción. Pero que aunque hoy ya no la tiene no le dan herramientas para revincularse.
Señaló que desde "el día uno" pidió que lo analizaran e hicieran lo mismo con la madre. También que escucharan a su hija. Y que desde entonces lo analizaron "psicológicamente, el mes próximo serán las pericias psiquiátricas, y después vendrá la cámara Gesell" para su hija.
Y apuntó contra los tiempos de la Justicia, que "hay que cambiarlos, hay que ser expeditivo; hay que preservar a los menores".
Rodrigues sostuvo que a estar altura llama la atención que no pueda ver ver a su hija por un informe de alguien a quien denunció "por falso testimonio y mala praxis, que es especialista en catástrofes".
"Es lo único que hay en la causa infundada en mi contra que podría hacer suponer que soy lo que ni siquiera remotamente podría ser alguna vez en mi vida", enfatizó.
Y continuó: "Hace 141 días que no sé qué hace mi hija, qué le gusta, qué mira , si se ríe. ¿Sigue viendo Masha y el Oso? ¿Se divierte con Pe Pa Pi? ¿Está bien? ¿Ríe? ¿Llora? ¿Va a un jardín, a una guardería?. Tiene un papá que quiere ser, que lo dejen ser. Alguien se apropió de mi hija".
Rodrigues contó que cuando nació su hija él quería llamarla Sofía. Y que fue la madre la que impuso Mía. "Nunca como ahora comprendí el significado de ese nombre elegido", agregó.
Y finalizó: "Soy un padre inocente, absolutamente, que quiere estar con su hija. No más que eso, pero tampoco menos que todo eso".



