Justo al sur del Círculo Polar Ártico, las habitaciones del Tree Hotel cuelgan de los árboles. Ubicado en la localidad de Harads (Suecia), el hotel fue creado por un estudio de arquitectura según los deseos de sus dueños, Jonsson y Kent Lindvall, que deseaban un hotel “tan verde como sea posible”.

Sus diseñadores, buscando no romper el equilibrio entre la construcción y el entorno –conformado por un frondoso bosque y un río– crearon sus habitaciones, pequeñas y espartanas (no hay televisión) pero con mucho estilo, con baños ecológicos que incineran los residuos y románticas palanganas en lugar de agua corriente.

El hotel cuenta con seis habitaciones construidas en la copa de los pinos del lugar, a una altura de alrededor de cuatro metros y a las que se accede a través de puentes y escaleras. Los Lindvall (que viven en el bosque) proporcionan además un servicio muy personalizado, organizando paseos en trineos, excursiones en la nieve, rutas en kayak, pesca y comida local. Carne de reno y alce incluida.

Cada uno de los cuartos de este hotel (con diferentes diseños inspiradas en distintos elementos) responde a un proyecto diferente de arquitectura sostenible.

Los visitantes pueden elegir hospedarse en una habitación con forma de cubo espejo (Mirrorcube), una cabaña (Blue Cone), un nido (The Nest), una nave espacial (Ufo) y una cabina (The Cabin). Además, cuenta con un reconfortante sauna (TreeSauna) con capacidad para doce personas.

El hotel funciona durante todo el año, aún durante el frío invierno que azota a la zona, muy cercana al Círculo Polar Ártico. Para ello, entonces, el lugar cuenta con el equipamiento necesario como para mantener las habitaciones calefaccionadas y que el disfrute de los huéspedes sea completo.