“En forma tradicional, las vacunas están hechas de virus atenuados, pero siempre existe el riesgo de que éstas se reviertan y provoquen en el individuo la enfermedad que se buscaba prevenir, y el ejemplo más tangible es el de la vacuna de la polio, cuyos rebrotes muchas veces se deben a virus revertidos”, expuso Laura Alicia Palomares Aguilera, investigadora del Instituto de Biotecnología (IBt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Ella forma parte del grupo de cuatro universitarios que obtuvo uno de los cinco reconocimientos que dio la AMC, y hallazgo consiste en el diseño de procesos racionales de producción de estructuras virales recombinantes, y una de sus aplicaciones es la de fabricar vacunas 100 por ciento seguras.

“Lo que hacemos es producir proteínas de diferentes virus y hacer que éstas se ensamblen de forma idéntica a los virus originales, pero sin su material genético, lo que permite elaborar vacunas que nunca se revertirán ni generarán virulencia, lo que es una gran ventaja en el campo de la prevención de enfermedades”, expuso.

Estas posibilidades mencionadas por Palomares van más allá del área de la salud, porque estos acomodos proteínicos también pueden ser usados para producir vectores que se podrían emplear en terapia génica e incluso para crear nanomateriales, es decir, nanotubos que pueden ser recubiertos con partículas metálicas como paladio, plata, platino e incluso oro.

“Nosotros no desarrollamos la estrategia de producir partículas virales, de hecho esto se hace desde hace 15 años, más bien generamos estrategias racionales de producción. Lo que hacemos es manipular las composiciones virales para obtener condiciones y características diferentes, y en eso radica la innovación”, expuso.

“Siempre he estado a la caza de problemas por resolver o procesos que se puedan mejorar; por eso, haber estudiado Ingeniería Bioquímica —aunque lo hice no de manera un tanto coyuntural pues quería ser bióloga marina— fue lo ideal para mí, porque me dio una visión muy diferente de las cosas”.

Egresada del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, “fui formada con la idea de que debíamos ser emprendedores, pero también enfrenté uno de los inconvenientes que tienen las universidades privadas, que ahí no existe la investigación”.

Fuente: UNAM