En el este de París, el TGV, un tren de alta velocidad batió su propio récord de velocidad tras alcanzar los 574,7 kilómetro por hora. En 1990 había marcado una velocidad de 515 km/h. Mientras tanto, el récord absoluto lo presenta, el Maglev, un tren japonés experimental con sustento magnético, que marcó los 581 kilómetros por hora.
La velocidad extrema que el TGV logró este martes fue gracias a un diseño especial que aumenta la potencia de las dos locomotoras y reparte los motores suplementarios a lo largo de todo el tren. Por otra parte, las ruedas son de mayor diámetro que las de los trenes precedentes para evitar el recalentamiento de los motores.
El tren que batió su propio récord, se alimenta de electricidad. Su potencia ha sido aumentada notablemente y la toma de corriente encargada de alimentar el convoy fue reforzada, lo mismo que la base de piedras sobre la que descansan los rieles, sometida a fuertes vibraciones.
La velocidad extrema que el TGV logró este martes fue gracias a un diseño especial que aumenta la potencia de las dos locomotoras y reparte los motores suplementarios a lo largo de todo el tren. Por otra parte, las ruedas son de mayor diámetro que las de los trenes precedentes para evitar el recalentamiento de los motores.
El tren que batió su propio récord, se alimenta de electricidad. Su potencia ha sido aumentada notablemente y la toma de corriente encargada de alimentar el convoy fue reforzada, lo mismo que la base de piedras sobre la que descansan los rieles, sometida a fuertes vibraciones.


