Ángel García del Dujo, profesor del Grupo de Investigación Procesos, Espacios y Prácticas Educativas de la Facultad de Educación de la Universidad de Salamanca (España), analiza el tiempo y el espacio en los entornos virtuales, especialmente en relación con la formación en línea.

A pesar de que estas dos variables en apariencia desaparecen en internet frente a las actividades presenciales clásicas, su investigación, que por el momento se ha centrado en el concepto de espacio, revela que los sujetos tienen una sensación espacial que se crea por los mismos mecanismos que en un entorno físico y que para esto es fundamental la interacción que ofrecen las herramientas de la web 2.0.

García del Dujo empezó a trabajar hace más de una década en este campo. “Me di cuenta de que las resistencias de los profesores a las nuevas tecnologías pueden explicarse no por variables epistemológicas, pedagógicas o didácticas, ni siquiera por la falta de infraestructura (no tener ordenador, no estar formado acerca de su utilización), sino por variables culturales que no afectan tanto a la búsqueda de información como a promover el uso de tecnología para formación en espacios virtuales", afirmó. Esas variables son el espacio y el tiempo, “las de siempre”, ya que “la educación es un proceso en el tiempo y el espacio, variables que afectan también a cualquier proceso cultural del ser humano”.

Hace unos 15 años, las teorías indicaban que la tecnología suprime el tiempo y el espacio. "Este hecho incide en la resistencia que muestran los profesores", ya que su experiencia se inscribe siempre dentro de horarios y sitios concretos, asegura el experto. Ahora, en un proyecto de investigación financiado por el Ministerio de Educación de España, se han revelado nuevos aspectos. "El sujeto tiene una sensación espacial que depende del tipo de entorno tecnológico en que se encuentre. Además, esa sensación se genera por los mismos mecanismos psicológicos que en los espacios tradicionales, comenta. En algunos casos, la sensación espacial permite que, bajo el punto de vista formativo, alumno sienta el entorno como un lugar, que los especialistas definen como “un espacio social donde hay interacción”.

“El espacio es un concepto estudiado por todas las disciplinas”, recordó García del Dujo, “las Matemáticas, la Filosofía, la Física, etcétera”. En este caso, "hay algunas maneras de concebir espacios y lugares que nos sirven para ayudar a descubrir cómo fidelizar al usuario, ya sea alumno o profesor, cuanto más cómodo esté en un espacio virtual, mejor", destaca. Así, el objetivo sería “convertir los espacios virtuales en lugares donde hacer cosas”, de manera que las nuevas tecnologías se conviertan en “espacios de acción” más que en simples herramientas.

Para el estudio, se ha sometido a grupos de sujeros a diferentes tipos de contenidos digitales: webs informativas, webs comerciales, foros o chat. En definitiva, distintos entornos, unos informativos y otros enfocados a la participación. La primera conclusión, tras realizar encuestas y observaciones, fue que la actitud de los sujetos cambia si antes “ha pasado alguien” por la aplicación en cuestión y "ha dejado huella". Por eso, resulta “imprescindible” para la formación virtual que el alumno acceda a internet "para algo más que para tomar información".

En este sentido, "el proceso formativo es algo más que información, hay que descubrir el comportamiento para trabajar con él pedagógicamente, siempre se ha pensado que la educación era un proceso entre personas, pero también es entre cosas y personas, la interacción es el concepto clave que convierte a los objetos y espacios en lugares.

En esa transformación de los espacios en lugares intervienen las emociones, "acciones que dejan huella e incitan al regreso". Así, es importante incluir cooperación o pertenencia al grupo, entrelazar acciones y emociones. Se trata de los mismos mecanismos psicológicos que convierten en espacio físico en un lugar tradicional, por ejemplo, la habitación de una persona. Por eso, el objetivo de quienes diseñan la formación virtual ha de ser identificar y planificar estos mecanismos. En definitiva, frente a las teorías de hace unos años, todo indica que “no se suprime la variable del espacio, sino que se reconfigura”, afirma.

El caso de la variable tiempo aún no está estudiado, pero el investigador parte de hipótesis similares. “Es insuficiente considerar las tecnologías como herramientas en los procesos educativos o pensar que sólo aportan información, ya que en realidad llevan un componente de acción”, afirma.

En cualquier caso, la tecnología es capaz de generar “lugares de encuentro" para la acción de los sujetos. Todo esto tiene sus implicaciones a la hora de diseñar cursos on line, pero también para cualquier empresa que se dedique al mundo de la educación, de la comunicación o de cualquier otro, puesto que es aplicable al comportamiento del sujeto ante cualquier web, según explica el especialista.

"Las nuevas tecnologías se pueden abordar de dos maneras, como una herramienta de información o como herramienta capaz de generar escenarios en los que se pueden hacer cosas", indica García del Dujo. En ese sentido, "me interesa más el estudio de procesos formativos, aunque el informativo también es imprescindible", afirma.

Fuente: DICYT