Este jueves finaliza la concesión del hipódromo por parte del Jockey Club, entidad que durante cien años explotó el predio. Pero, además, será un día vital en el Concejo, en donde se debatirá el futuro destino de ese espacio. Por una parte, se especula que los concejales aprobarían sobre tablas, si la comisión de Presupuesto lo consensúa, que lo administre el municipio. Pero el concejal Jorge Boasso presentó otro proyecto que establece un gerenciamento estatal temporal, mientras se prepara un llamado a licitación nacional e internacional.

Lo concreto es que más de 300 familias dependen laboralmente de la continuidad del hipódromo, entre veterinarios, empleados de mantenimiento y administrativos, forrajeros y agencias. Todos ellos apuestan a que prospere la propuesta del intendente Miguel Lifschitz de crear una sociedad estatal para administrar el predio y continuar la actividad deportiva.

Pero en las últimas semanas se conoció un nuevo proyecto cuyo es autor es Boasso. Para el edil, está bien que el Estado municipal conforme una empresa estatal que administre la transición entre la gestión actual y el paso del hipódromo a manos privadas (esto será aprobado mañana jueves por el Concejo), pero fija algunos límites a la responsabilidad municipal en el tema.

“La Municipalidad está para otras cosas, no para hacerse cargo de la actividad hípica", dijo Boasso a Rosario3.com. "Por lo tanto, su responsabilidad en el tema debe tener un límite para que el eventual déficit de la actividad no sea trasladado al contribuyente”, evaluó.

En ese sentido, el proyecto de Boasso establece que una vez que el municipio llamara a licitación pública nacional e internacional, si esta resultaba desierta, por falta de oferentes o por la no conveniencia de las ofertas, el hipódromo quedara en manos de una sociedad de economía mixta, integrada por el estado y por inversores privados.

Según el concejal socialista Horacio Ghirardi, si el mensaje del ejecutivo logra el consenso de la comisión de Presupuesto, podría ser aprobado este jueves sobre tablas.

Por su parte, tanto los propietarios como los gremios y los criadores están conformes con la posibilidad de privatización ya que hay experiencias de otros hipódromos que funcionan muy bien manejados por privados.