La vida cotidiana tiene sus complicaciones y quién no necesita una descarga. Algunos bailan, otros juegan al fútbol. Pero en Alemania, para quienes no tienen una actividad que los baje a tierra, surge una nueva opción: una línea telefónica cuyos usuarios pueden insultar a gusto y piacere a quien lo atiende.

Los empresarios alemanes Ralf Schulte y Alexander Brandenburger vieron un nicho de negocios en el estrés cotidiano y crearon la línea “Schimpf-los” (“Insulto fuera”) para que nadie se guarde su rabia y la descargue.

“Es algo que ocurre, es natural. Con nosotros, usted se puede desahogar sin compromisos”, promociona Schulte, de 41 años.

La ganancia está en que insultar por esta vía tiene precio: 1,49 euros el minuto. Andá a la...