Algunas armas son más peligrosas que otras. En Australia una mujer utilizó sus pechos para distraer a un empleado, aunque después tuvo que recurrir a un cuchillo cuando el trabajador se dio cuenta de qué se trataba, para consumar un robo a una estación de servicio.

Las cámaras de seguridad captaron toda la secuencia del robo que cometió la joven rubia y muy escotada.

La mujer, joven, con vaqueros ajustados y con una camiseta muy escotada, entró en el drugstore a cara descubierta. Acaso encandilado por su bella figura, el empleado la dejó hacer.

Pero cuando trató de hacerle frente, ella demostró que tenía algo más: lo amenazó con un cuchillo y la obligó a abrir la caja registradora.

La mujer robó una pequeña cantidad de dinero en efectivo y consiguió huir a pesar de que el empleado le tiró algunas cosas desde detrás del mostrador.