Las inundaciones constituyen uno de los riesgos naturales de mayor impacto mundial, que originan más pérdidas que cualquier otro desastre natural, agravado por la creciente ocupación humana de los valles de inundación y riberas fluviales.

En Rosario el recuerdo de las últimas inundaciones ocurridas en marzo de este año está aún demasiado presente y sus consecuencias –pérdidas materiales de magnitudes diversas– no terminaron de solucionarse y siguen provocando conflictos en los barrios más afectados por la catástrofe hídrica.

Por eso, además de las obras de infraestructura que permitan controlar el cauce de las aguas en época de crecidas, el gobierno provincial anunció hoy la entrada en funcionamiento a pleno de un sistema de alerta que controla la crecida en los arroyos Ludueña y Saladillo con el que “se podrá dar respuesta inmediata y precisa a diferentes comportamientos hidrológicos sobre las cuencas y además, se avisará en tiempo real a la población expuesta al riesgo de inundación”, según explicó este martes el ministro de Asuntos Hídricos de la provincia, Alberto Joaquín.

El anuncio fue hecho en la presentación del sistema de predicción hidrológica de los arroyos Ludueña y Saladillo, una red de alerta hidrometeorológica que previene y predice las crecidas en las cuencas de ambos arroyos.

Se trata de una superficie que alcanza las 400 mil hectáreas monitoreadas, abarcando 34 localidades de distinta magnitud, en la que la ciudad de Rosario con 1,3 millón de habitantes es la más significativa.

“El sistema construido por la empresa ICSA Ingeniería y Computación SA, con una inversión de 1.838.000 pesos, se compone de 28 estaciones remotas ubicadas en distintos puntos de las cuencas de los arroyos Saladillo y Ludueña que han sido equipadas por componentes que permiten el registro, almacenamiento y transmisión en tiempo real de datos –detalló Joaquín– y una estación central ubicada en la ciudad de Rosario que recibe y procesa los datos”.

A estas estaciones se las dota de diferentes tipos de sensores que miden precipitaciones, niveles de agua en ríos, nivel freático, humedad de suelo, temperaturas y evaporación. Asimismo, existen estaciones que permiten obtener parámetros de calidad de agua.

Los sensores colocados realizan un seguimiento continuo de las distintas magnitudes de control, supervisando la pluviometría y el estado de los cauces y canales, "avisando en caso de sobrepasarse umbrales preestablecidos", expresó el funcionario de Asuntos Hídricos.

“Lo que resta ahora, terminada la parte física y de comunicación (toma y transmisión de datos) a la base de control ubicada en Juan José Paso y Tarragona, es el modelo matemático que permita prever las situaciones de riesgo”, aclaró el secretario de Obras Públicas de la Municipalidad de Rosario, José Garibay, a Rosario3.com.

“Cuando finalice esa etapa –en cuya ejecución trabajará el ministerio de Asuntos Hídricos junto a la Facultad de Ingeniería de Rosario o bien la Universidad del Litoral– estaremos en condiciones de elaborar junto al resto de los municipios un plan de contingencia que nos permita encarar la próxima etapa de crecidas con mejores expectativas”, explicó el funcionario.