Ella es él, pero nadie lo sabe. Ella (él) es Lalo pero le dicen Lola. Ella es Carla Peterson, que protagoniza la historia de un hombre atrapado en el cuerpo de una mujer que debe sobrevivir en el machista mundo publicitario.
Él no está muerto pero todos lo creen bajo tierra. Él fue enviado a prisión por algo que no hizo (como siempre sucede), luego fue víctima de un experimento científico y ahora está de vuelta, buscando venganza. Él es Diego Peretti en el papel que hizo famoso hace tantos años a Narciso Ibáñez Menta.
Lalola (de lunes a viernes, a las 22, por América) y El hombre que volvió de la muerte (miércoles, a las 22, por Canal 3) son dos productos que desorientan al telespectador. Poco importa que algunos comparen el primer programa con alguna de las decenas de películas que cultivaron el estilo Hay una chica en mi cuerpo y que otros desconfíen del segundo porque plantean que nadie jamás volverá a hacer temer a los argentinos como quien fuera el maestro del terror.
Lalola y El hombre que volvió de la muerte refrescan la pantalla. Qué bueno hacer zapping y encontrarse con algo distinto. Qué bueno que la televisión proponga dos historias bien contadas y bien actuadas. Una comedia con guión ágil en donde cada actor dice exactamente lo que plantea el escritor (cuando la pantalla chica argentina está demasiado acostumbrada a la improvisación y falta de estructura). Una remake de una historia de terror que mete miedo y exhibe una producción de lujo (qué bueno cuando el estándar del cine se traslada a la televisión).
Pero esta inyección de ficción en la pantalla chica no implica necesariamente desconocer lo que sucede en la pista de hielo donde resbalan las famosas o hacer caso omiso a los debates poco interesantes de Gran Hermano 5.
Los realities y los concursos de talento no son incompatibles con la ficción. Lo necesario es que convivan. Que nadie empuje al otro para buscar más rating, ni para moverlo a un horario de medianoche donde no lo ve nadie o dilate su estreno al verano, cuando tampoco hay mucho público.
De hecho, Lalola logró establecerse en la barrera de los 8 puntos en un canal como América, que no tiene picos mayores a 10. El hombre que volvió de la muerte debutó con 26,3 puntos. Y ni los chicos de la casa de Gran Hermano ni el Cabezón vieron afectada su audiencia. Espacio hay para todos. Y cuanto más diversa sea la programación, más gana el espectador.