Mejor suerte mereció Uruguay, que jugó bien pero perdió 2-1 con Brasil en San Pablo por las eliminatorias mundialistas. El verdugo del equipo celeste fue el delantero del Sevilla Luis Fabiano.

Uruguay manejó el partido en el primer tiempo con una presión asfixiante a los mediocampistas brasileños que anuló a Kaká y Ronaldinho y buena salida por los costados.

El buen planteo táctico dio resultado rápido. A los 8 minutos el Loco Abreu abrió la cuenta para Uruguay capitalizando con un gran cabezazo un excelente desborde de Maximiliano Pereira por la derecha.

En el resto del primer tiempo se vio a un Brasil afanado por conseguir el empate y aun sólido equipo uruguayo que, además de contener el avance de su rival, conseguía inquietar a la defensa brasileña con contragolpes de sus atacantes Abreu, Cristian Rodríguez y Luis Suárez.

Pero antes de terminar la primera etapa, en una escapada por la franja derecha, Luis Fabiano soltó, sin aparente ángulo, un remate que pasó por entre las piernas de Carini y estampó un injusto 1-1 parcial.

El segundo tiempo empezó igual que el primero. Pronto Uruguay llevó peligro al arco de Julio César, figura del partido, a través de Suárez y Abreu.

Pero a los 66 minutos, después de un "ida y vuelta" entre las zonas de peligro de ambos equipos, una maniobra de Maicon por la derecha, pasó por Kaká y terminó en un pase de Gilberto, que de nuevo encontró libre a Luis Fabiano para sellar el 2-1.

Uruguay tuvo chances para empatar pero o faltó justeza en los metros finales o emergió la figura de Julio César. La derrota fue demasiado castigo para los dirigidos por el Maestro Tabárez.