Usurparon un Centro Comunitario, amenazan a la familia que es propietaria del lugar y desde la Policía y la Justicia no hay respuestas. Esa es la complicada situación que padecen los Aranda, la familia dueña del terreno ubicado en calle 2131 a la altura 3862 (Avellaneda al 6900, barrio Tío Rolo, distrito sudoeste), en donde funciona un espacio que desde hace cuatro años se les brinda a más de 60 niños del barrio diferentes actividades culturales y recreativas.
Según denunciaron los perjudicados, los usurpadores además agreden, golpean e intimidan a la familia por las quejas que les presentaron. Por eso, este sábado la familia Aranda acudió a Tribunales Provinciales pero como nadie los atendió volverán el próximo lunes por la mañana.
Mientras tanto, deben esperar en su casa con el miedo a represalias por parte de los usurpadores ya que, aseguran, se vienen reiterando los hechos de violencia.
El Centro Comunitario pertenece a la familia Aranda y es un predio de 11 por 30 metros con un patio abierto donde se desarrollan actividades deportivas a los niños con profesor de gimnasia.
Hace dos meses un hombre llamado Germán Valdez se radicó al lado del centro y "comenzaron los problemas", relató Maria Rosario Rodríguez de Aranda, según un comunicado enviado por el concejal Juan Rivero.
"Este señor comenzó a usurparnos el patio de atrás donde realizamos las actividades para los chicos que vienen al Centro Comunitario trayendo caballos, faenando chanchos, poniendo todos los días una camioneta", indicó Aranda.
Por este problema, la mujer radicó la denuncia en la comisaría 33, jurisdicción de la zona, y luego fue elevada al juzgado de la 10 Nominación. "Pedimos hablar con el juez y nunca nos atendió. La policía vino al Centro Comunitario pero nunca nos brindaron una solución", aseguró Aranda.
"Tengo miedo por mi familia y por los chicos. Estas personas son muy violentas y ya quisieron pegarle a mi marido. Me siento desprotegida por la Justicia, desamparada. Tengo todos los papeles donde se acredita que este lugar nos pertenece y sin embargo nos usurpan y nadie hace nada", expresó.
En el Centro Comunitario "intentamos sacar a los chicos de los peligros de la calle y brindarles algo bueno para ellos. Pero así no podemos seguir. Temo por la integridad de ellos y mi familia”, reiteró Aranda.