El "Estudio de Mujeres con Diagnóstico Reciente", realizado por la Red Bonaerense de Personas viviendo con VIH/sida, la Red Argentina de Mujeres viviendo con VIH/sida, el Instituto Gino Germani (UBA), Centro de Estudios de Población, ONUSIDA, UNFPA, OPS/OMS, ONU-Mujeres, el Programa Nacional de Salud Sexual y Procreación Responsable y la Dirección de Sida y ETS del Ministerio de Salud de la Nación, entrevistó a 465 mujeres con diagnóstico reciente de VIH, después del 1 de enero de 2009, residentes en ciudades medianas y grandes de la Argentina, entre mayo y julio de 2011.

De acuerdo con el relevamiento, alrededor de un tercio de las mujeres se realizó el análisis a partir de un chequeo de rutina o por la visita al médico por otros problemas de salud no relacionados con el VIH; además un 13% se hizo el test en el contexto de una cirugía o por estar internadas en un hospital o sanatorio.

En relación con el momento de hacer el test, la encuesta también reveló que un 27,4% se realizó el análisis porque su pareja o alguna persona con la que había tenido relaciones sexuales vivía con VIH, mientras que un 25,2 % se lo realizó por preocupación individual, luego de haber tenido relaciones sexuales sin preservativo.

Asimismo, el 26,7% de las mujeres se realizó el análisis de VIH que resultó positivo en un control prenatal y/o en el parto.

Los datos también dan cuenta que el 57,1% de las mujeres no recibió consejería pre-test y un 37,4% no recibió la consejería posterior.

Además, varias entrevistadas no recibieron el diagnóstico en forma directa, sino que el resultado fue comunicado primero a familiares (madres, hermanas) o a la pareja, con lo cual se violó su derecho a la confidencialidad.

Al momento del diagnóstico, menos del 10% de las mujeres que estaban en pareja sabían que su compañero era seropositivo, por lo que para la mayoría se trató de un resultado inesperado.

Otro dato relevante del estudio da cuenta de que casi la mitad de las mujeres (46,9%) fue alguna vez víctima de violencia por parte de una pareja.

También, la investigación demostró que el uso del preservativo no es ni consistente ni extendido entre las mujeres viviendo con VIH, aun cuando se sabe que su utilización es esencial en la prevención de la transmisión y las re-infecciones.

En relación con lo que las mujeres con VIH cuentan a su entorno, la encuesta reveló que la mayoría ha podido compartir su estatus con al menos una persona, aunque el miedo a ser discriminadas se presentó como una barrera.

Fuente: Telam