Después de 12 años, el seleccionado argentino Sub 20 se convirtió este sábado por la noche en campeones de Sudámerica al vencer a Uruguay 2 a 1. Gracias a los goles de Sebastián Driussi y Ángel Correa, el equipo levantó la copa en el Centenario de Montevideo y la Argentina sumó así su quinto título Sudamericano de la categoría y clasificó a su octavo Juego Olímpico. El goleador del torneo fue Gio Simeone, el hijo del Cholo con 9 tantos y la figura del certamen: Correa, autor del gol clave.

Según informó Télam, Driuss. convirtió el primer gol a los 36 minutos del primer tiempo, en tanto Correa, el mejor jugador del certamen, a los 36 del segundo. Gastón Pereiro, del seleccionado uruguayo, hizo el único gol del combinado a los 7 del primero.

El equipo de Humberto Grondona finalizó el torneo con 13 unidades; seguida por Colombia –que goleó a Brasil por 3-0 y accedió a un repechaje con un seleccionado de la Concacaf para ir a Río 2016– con 9; Uruguay con 8; Brasil con 7 (los cuatro ya estaban clasificados para la Copa del Mundo); Perú 3; y Paraguay 1.

Y ahora, en el Mundial en Oceanía desde el 30 de mayo, irá en búsqueda de su séptimo título ecuménico en la categoría Sub 20 después de haber sido campeón en 1979, 1995, 1997, 2001, 2005 y 2007.

Los primeros 45 minutos tuvieron un desarrollo intenso, sin juego asociado, algunas pinceladas de buen juego y pocas chances en los arcos.

Argentina, con un 1-3-2-3-1, comenzó mejor, tuvo una situación clarísima en los pies de Driussi (1m.), pero una distracción en el fondo, a los 7 minutos, la pagó con el gol de Pereiro, el mejor jugador uruguayo, luego de una gran jugada de Rodrigo Amaral por la izquierda.

Uruguay, con un 4-2-3-1, se encontró rápidamente en ventaja, intentó liquidar el partido de contraataque, pero le costó mucho manejar la pelota.

De esta manera transcurrió el primer tiempo, hasta que a los 36 minutos una gran jugada de Correa, la figura del Sudamericano, por la izquierda, continuó con un cabezazo de Tiago Casasola, y terminó con un estupendo remate de Driussi.

El 1-1 se ajustó a lo que realmente fue el partido: dos seleccionados que apostaron a que sus individualidades marcaran la diferencia, tal como ocurrió.

Y el segundo tiempo, más allá de los cambios que realizaron ambos entrenadores y las necesidades de cada equipo, siguió en la tónica del primero.

El conjunto argentino, dentro de ese contexto, fue un poco más, tuvo las ocasiones más claras, y sobre el final consiguió el 2-1 con un soberbio tanto de Correa. Así cerró un torneo brillante en el que logró todo lo que fue a buscar.