No, los efectos de las tormentas no terminaron. Y eso se siente, por ejemplo, en escuelas que resultaron afectadas por la pedrea del 15 de noviembre pasado y a las que las lluvias del fin de semana y el lunes les sumó problemas.

Las escuelas más afectadas son la Gurruchaga y la Manuel Belgrano, donde las clases estaban suspendidas. En la primera, parte del techo estaba destruido y en algunas partes había agua acumulada entre los techos de chapa y el cielorraso, que corría riesgo de derrumbe, según contó una madre de dos chicos que concurren a la institución, Patricia, a Radio 2.

Mientras tanto, en la Belgrano, un arquitecto del Ministerio de Educación evaluaba la posibilidad de habilitar cuatro aulas de la planta baja. Para eso, se hacían pruebas sobre el sistema eléctrico, que había resultado muy dañado.

Una situación parecida se vivía en la escuela 610, de La Paz y Francia, donde sólo un grupo tenía clases en la planta baja, según contó una madre.

También la escuela Almafuerte y los jardines de infantes Nº51 y Nº1.281 sufrían las consecuencias de la lluvia, pero dieron clases agrupando a los chicos en las aulas más protegidas.

El director de la Región VI del Ministerio de Educación, Humberto Cancela, recorrió ayer algunas de las escuelas con instalaciones dañadas y aseguró que "se van a pedir fondos para arreglar las cosas. Además, adelantó que "no se extenderá el ciclo escolar, porque son pocas las escuelas que ahora no están dictando clases".