El crimen de Justino Pereyra, el barrendero de 66 años que recibió dos puñaladas que resultaron fatales el sábado a la madrugada, desató la ira de vecino y familiares. Es que el hombre intentó pedir ayuda después de ser atacado por delincuentes que le robaron la bicicleta a la garita policial ubicada en Garay y Lima, pero a pesar de que allí tiene que haber un custodio las 24 horas del día, no había nadie. A los pocos minutos y sin asistencia, el hombre murió desangrado. 

Por eso, las hijas de Pereyra, María Isabel y Mercedes, junto a vecinos de la zona, reclamaron este lunes a la tarde que se investiguen las irregularidades que cometieron los uniformados de la zona en el caso y acusaron a un agente de apellido D´Alossio, quien debería cumplir el turno nocturno pero que, según dijeron, “no está nunca en su lugar”.

“Él fue a pedir ayuda y al final murió desangrado. A mí padre no me lo van a devolver pero sí pedimos Justicia”, dijeron las hijas al móvil de Canal 3.

Además de pedir justicia por el homicidio del barrendero, los manifestantes reclamaron que el destacamento realmente funcione como debe y exigieron más patrullaje en la zona.