En el año 2004 un grupo de familias de la zona noroeste de la ciudad constituyeron la cooperativa de vivienda La Plaza, con la finalidad de gestionar ante la Provincia y el Municipio la construcción de viviendas y la extensión de los servicios esenciales que hagan habitable una zona despojada de desagües, cloacas y transporte, entre otros. En ese momento recibieron la promesa de la Municipalidad de Rosario de que gestionarían ante el gobierno provincial para que en poco tiempo su demanda de viviendas nuevas fuera satisfecha, además de comprometerse a brindarles los servicios inexistentes en ese sector de la ciudad. Sin embargo, a más de dos años del inicio de la cooperativa, los pobladores se multiplicaron en el barrio –suman alrededor de 120 familias que integran un asentamiento precario en condiciones insalubres– y el plan de viviendas y los servicios prometidos no se concretaron.