A quién no le gusta el choclo. Bueno, si resulta que el maíz no es de lo más popular entre los lectores, la sola idea de relacionar los granos dorados con la playa puede ayudar en estos fríos días de invierno.

Lejos de toda fantasía, un hámster decidió saciar su apetito con un choclo a escala y lo hizo "a lo ratón": se comió hasta el marlo.

El roedor comenzó por uno de los extremos de la gramínea y, después fue por todo, según muestra el video a continuación. Es más, el animal parece sentirse molesto con la cámara y busca esconderse.