La obesidad severa de algunos niños está asociada a la falta de trozos del ADN que dispara la necesidad de comer todo el tiempo, según una investigación que se publicó en Nature.

El hallazgo podría mejorar el diagnóstico de obesidad severa infantil, que muchas veces se asocia al abuso con la comida provocado por otros factores como la poca atención que los padres le prestan a la dieta del niño.

Se trata de otro estudio que vincula aspectos genéticos con el sobrepeso. Revisiones científicas explican que los genes son en un 40 por ciento responsables de la obesidad, aunque lograr desenredar la ingeniería genética vinculada a esta enfermedad es complejo.

Por el momento, los especialistas sostienen que la dieta y la actividad física son los factores a los que se debe apuntar para tratar este problema.

Mientras que antes se habían descubierto genes particulares que promueven la obesidad cuando están dañados, el nuevo trabajo miró grandes trozos de ADN que abarcan varios genes.

Eric Ravussin, experto en obesidad del Pennington Biomedical Research Center, quien no participó en el estudio, dijo que el trabajo ofrece "una mina de oro de la información". "Eso es porque identifica las áreas cromosómicas específicas que los científicos pueden explorar para descubrir los genes relacionados con la obesidad", dijo.

Investigadores británicos estudiaron el ADN de 300 niños que habían llegado a ser muy gordos, hasta 100 kilos a los 10 años. Buscaron supresiones o copias adicionales de segmentos de ADN y lo compararon con los genes de siete mil individuos sanos.

Se encontró evidencia de que varias supresiones raras pueden promover la obesidad, incluida una estudiada hace tiempo en el cromosoma 16. "Esta supresión causa problemas ya que elimina un gen que el cerebro necesita para responder a controlar el apetito, la hormona leptina", dijo Sadaf Farooqi, de la Universidad de Cambridge y autor del estudio.

Su trabajo determinó que los niños con una supresión del ADN en el cromosoma 16 tienen un impulso muy fuerte por la comida. "Siempre quieren comer", dijo Farooqi.

El trabajo ha producido ya una recompensa. Farooqi dijo que cuatro niños con supresión en este cromosoma habían llamado la atención de las autoridades de bienestar infantil británico, quien culpó a los padres por su sobrealimentación.

"Hemos sido capaces de intervenir y quitarles responsabilidad a los padres por el problema de sus hijos", dijo.

Fuente: La Voz del Interior