Un preso con salidas transitorias ingresó este martes por la mañana a una clínica de cirugía plástica de bulevar Oroño al 700 donde protagonizó una toma de rehenes. En ese momento había cerca de diez personas en el lugar, entre ellos pacientes –uno estaba incluso siendo operado–, familiares de pacientes y empleados. Si bien realizó varios disparos intimidatorios afortunadamente nadie resultó herido. Algunas personas se refugiaron en el primer piso, otros lograron escapar. Un médico quedó como rehén. Finalmente, tras una hora y media, el delincuente se entregó.

Están todos bien”, confirmó el jefe de la Policía rosarina Osvaldo Toledo, una vez que terminó el episodio. Señaló que el detenido “es una persona con antecedentes” que estaba presa en la Unidad Regional III y gozaba del beneficio de salidas transitorias. Además, sostuvo que se investiga si tuvo participación en otros hechos similares.

Si bien en un principio se especuló con la posibilidad de que fuera más de un delincuente, luego se supo que la policía confundió a un cadete que estaba como rehén con un aliado del ladrón. Ese joven sufrió una crisis asmática ante el estrés y debió ser trasladado por el Sies al hospital Centenario, donde quedó internado en observación y tras una evaluación cardiológica y neurológica fue dado de alta.

Fuentes policiales confirmaron a Rosario3.com que una llamada realizada el servicio de emergencias 911 alertó cerca de las diez y media de la mañana sobre la situación. Al parecer ese llamado se realizó desde el mismo quirófano de la clínica. Personal del Comando Radioeléctrico, Policía Motorizada y Patrulla Urbana acudieron en pocos minutos al lugar. Allí descubrieron que había un grupo de personas tomadas como rehenes, entre ellas un paciente que estaba siendo intervenido en la planta alta de la vieja casona donde funciona la clínica.

Según relataron los médicos de la clínica, el ladrón se había hecho pasar por paciente –como había pasado en otros robos ocurridos en consultorios psicológicos–. Pidió turno para una cirugía de cara y este martes tenía que ir a hacerse los análisis prequirúrgicos.

El comisario de la seccional 2ª, Sergio Vergara, detalló que “con una actitud irracional” el delincuente realizó varios disparos a poco de ingresar a la clínica. Una revisión posterior halló en la casona rastros de 17 disparos. Al primero que le apuntó fue al padre de Fernando Soraides, uno de los dos propietarios de la clínica junto a Alejandro Arredondo. "No lamentamos ni muertos ni heridos por milagro”, evaluó Vergara.

El comisario confirmó que si bien había más gente en el centro médico muchos lograron escapar y que, en total, fueron tres los rehenes: un médico residente, una paciente y una empleada. Tras la negociación las mujeres fueron liberadas y el profesional se quedó con el ladrón hasta tanto llegó una fiscal y depuso su actitud, cerca de las doce del mediodía.