Una amplia visión del campo del juego. Eso es lo que se necesita para poder hacer un gol de media cancha. La cabeza levantada para poder ver dónde está el arquero. Y buena pegada, claro.

El gol de Palermo en el triunfo de Boca ante Independiente fue de los más espectaculares que se hayan visto por estas tierras. Pero no es la primera vez que un jugador hace un gol desde mitad de cancha.

Los de Newell’s que tienen algunos años recordarán que el que siempre intentaba jugadas este tipo era Roque Raúl Alfaro, que gritó desde 50 metros en un partido de visitante contra Vélez, cuando era con Martino el cerebro del equipo que salió campeón de la mano de José Yudica en el 88.

Alfaro también metió algunos goles de mitad de cancha en el O’Higgins de Chile, donde jugó los últimos años de su carrera.

Otro gol muy recordado fue el que le hizo Chilavert, en una avivada, a Burgos, de tiro libre.

Un arquero propenso a recibir este tipo de goles es Navarro Montoya, que suele correr el riesgo de jugar adelantado.