Argentina transformó la decepción sufrida frente a Serbia y Montenegro en el estreno del torneo de Singapur en un nuevo soplo de ilusión gracias a la contundencia de la victoria por 94-72 cosechada ante Eslovenia en la segunda jornada del cuadrangular asiático.

Los albicelestes dieron un golpe de timón respecto a los tres anteriores amistosos contra Lituania, España y Serbia y Montenegro. Los hombres de Sergio Hernández jugaron con más paciencia en ataque. Mejoraron sus porcentajes y, de paso, la impresión general individual y como equipo.

El paso adelante es apreciable porque enfrente había un adversario aguerrido y con calidad. Argentina recuperó el pulso perdido tal y como había anunciado su técnico: en el momento más adverso, cuando sólo dan la cara los buenos de verdad.

Eso sí, el único jugador que parece encontrarse en un estado de forma estable es Carlos Delfino. Pero siempre es una buena noticia para los campeones olímpicos saber que conservan la capacidad de reacción y que jugadores importantes hasta ahora intermitentes han vuelto a entrar en acción, sin grandes alardes, pero desde una situación comprometida.

El cambio más reseñable atañe al juego de ataque. Argentina perdió la brújula ofensiva contra España y ante la selección de Serbia y Montenegro. Frente a Eslovenia retomó la senda de la normalidad. Aún debe mejorar porque su baloncesto es mucho más incisivo. Lo que ocurre es que había que salir del pozo y eso es más difícil que cualquier otra cosa.

Eslovenia es un combinado que juega con ritmo y que puede ser letal si sus exteriores encuentran huecos. Los albicelestes respondieron a la velocidad de los europeos con la misma moneda y otro dato a tener en cuenta es que también elevó el tono en defensa, uno de los rasgos típicos de este grupo. Los ex yugoslavos sólo pudieron anotar siete puntos en el tercer cuarto.

La tercera incógnita de la ecuación del repunte suramericano se despejó en el juego interior. Fabricio Oberto y Luis Scola refundaron la sociedad que forman dentro de la pintura con enormes beneficios. Además de elevar la producción en la zona, aclararon el perímetro para los hombres exteriores. Quienes mejor lo aprovecharon fueron Andrés Nocioni y Carlos Delfino.

Argentina concluyó el choque con cuatro hombres por encima de los diez puntos. Un dato de esos que aman los técnicos. El empuje de los campeones olímpicos empezó a partir del minuto quince (32-32). En ese instante se abrió el pozo que ahogó a los eslovenos.

El tercer cuarto presentó a la mejor selección albiceleste que se ha visto desde que su preparación mundialista se ha desarrollado ante equipos europeos. Borró de la pista al equipo de Ales Pipan, al que sólo concedió siete puntos y endosó veintinueve (77-49).

Treinta puntos establecieron la frontera de la superioridad suramericana (79-49 a los 31 minutos de juego). Los subcampeones del mundo vuelven a respirar y a mirar hacia adelante con esperanza. El Mundial parece menos cerca que después de la derrota contra Serbia y Montenegro. Lo había dicho el técnico Sergio Hernández: este equipo sale a flote cuando el fondo le quiere comer.

Síntesis

 

Argentina 94 (20-28-29-17): Farabello (-), Ginobili (9), Nocioni (17), Scola (21), Oberto (14) –formación inicial–, Wolkowyski (5), Herrmann (10), Delfino (14), Prigioni (5), Fernández (-) y Gutiérrez (-).

Eslovenia 72 (22-20-7-23): Udrih (18), Becirovic (6), Jurak (-), Nachbar (6), Nesterovic (14) –formación inicial–, Lakovic (5), Milic (11), Brezec (5), Slokar (2) y Ozbolt (5).

Incidencias: Carlos Delfino salió por cinco faltas. Señalaron técnica a Nocioni y Fernández por protestar.

Estadio: Singapore Indoor Stadium, 6.500 espectadores.

 

Fuente: EFE