Con su voz algo extenuada por la presión permanente que ejercen los militares de Honduras sobre la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se refugia, el presidente depuesto de ese país Manuel Zelaya habló este miércoles con Radio 2 sobre el estado en que se encuentra desde que decidió volver a su tierra. Y reconoció que teme por su vida y la de quienes lo acompañan en ese edificio sitiado.

“Sé que está en riesgo nuestra propia vida, pero peor es pasar la vida de rodillas ante una dictadura, ante un tirano”, aseguró Zelaya en diálogo con los periodistas Roberto Caferra y Daniel Amoroso, del programa Radiópolis.

El mandatario depuesto por un golpe de Estado el 28 de junio pasado contó que en el edificio de la Embajada sufren “una tortura física muy grande, en especial a través de unos aparatos de alta frecuencia que nos ponen muy nerviosos”.

El propio Zelaya había alcanzado a comentar en una llamada anterior que se cortó que las comunicaciones estaban intervenidos por inteligencia del Ejército local.

“Estamos sin línea telefónica, han cortado el agua potable y han amenazado con allanar la Embajada”, agregó el presidente desplazado.

Sobre la represión y el caos en las calles de Tegucigalpa, la capital del país centroamericano, Zelaya dijo que no es necesario que él le pida a la población que salga a manifestarse porque lo “ha hecho por sí misma”. En ese sentido, dijo que el millón de personas que lo votó hace tres años se multiplicó ante el autoritarismo del gobierno de facto que encabeza Roberto Micheletti.

En la represión del martes y los últimos días, “hubo cientos de capturados, decenas de heridos y personas que han desaparecido físicamente y se supone que están muertos”. "Vine a proponer diálogo y respondieron con balazos", afirmó.

Suicidio

Zelaya aseguró que mientras hablaba no tenía un chaleco de protección antibala ni ninguna otra medida de seguridad de ese tipo. “No, no uso”, dijo y agregó: “Ya estoy entregado”.
 
“Mi retorno es el mejor ejemplo de mi inocencia”, señaló sobre su decisión de volver al país y en relación a las denuncias que esgrimió el actual gobierno para montar el golpe.

Como contrapartida, Zelaya denunció: “Quisieron plantear mi suicidio y yo no tengo ninguna situación de suicidarme, si hay un homicidio es porque ellos decidan disparar sus armas”.