“Sentir que uno está en el camino correcto”, afirma el DJ rosarino Joan Retamero, de 29 años. Con las raíces en la ciudad, hace siete años el también productor decidió perseguir su sueño y emigrar a Londres (Inglaterra) para estudiar ingeniería en sonido y producción.

Se autodefine como “a favor de la experimentación y el desarrollo personal”. Tanto es así que, desde aquel avión en el que partió a Europa en 2016 hasta hoy, pasaron muchísimas cosas. Entre ellas, hace un año, se convertía en el primer rosarino en participar del festival Burning Man, uno de los encuentros musicales más importantes y exóticos del mundo. Trescientos seseta y cinco días después, Joan va por más: esta vez, no solo tocará su música ante miles de personas en el evento que se desarrollará del 27 de agosto al 4 de septiembre en Nevada (Estados Unidos), sino que también formará parte del armado y la organización de la “construcción de una ciudad en el medio del desierto”.

En conversación con Rosario3, Joan Retamero detalla las sensaciones de cara a su segunda participación en el festival Burning Man, ahonda en la industria de la música electrónica en Argentina, cuenta cómo es conectar con la creatividad en tiempos atravesados por la digitalización y habla de “el lado B de irse a vivir afuera”.

—Otra vez integrás la grilla del festival Burning Man. ¿Qué sensaciones tenés?
—¿Qué decirte! El Burning Man el año pasado fue el evento de mi año, con todo lo que representa un suceso de esta manera. No es un festival ni un evento artístico, es una experiencia de vida. Es literal. Vivir una semana en medio del desierto, conocer gente de todo el mundo. Se experimentan cosas inexplicables y, por eso, estoy muy feliz. Es una confirmación de todo lo que estoy trabajando. Es sentir que uno está en el camino corrrecto.

—¿Qué vas hacer de distinto esta vez y cómo es el armado?
Este año voy a ser parte del armado y de la organización de la «black rock city», que es la ciudad que se construye en el medio del desierto de Nevada. Es una gran experiencia porque es un altísimo lugar de inspiración para crear y terminar mucha música que tengo dando vueltas. Este Burning Man es distinto en el sentido de que voy a pasar más tiempo en el desierto totalmente desconectado y eso, a la vez, me intriga. Siento que la conexión con los medios digitales limita mucho la creatividad de las personas.

—El evento dura una semana. ¿Cuánto tiempo vas a estar vos?
—Hay un proceso de construcción de la ciudad, semanas antes y semanas después. Es mucho más que la música: es ir a vivir a una ciudad en el medio del desierto.

—Hay muchas versiones que lo catalogan como “el festival más salvaje del mundo” en el plano de lo sexual, ¿mito o realidad? 
—Te puedo decir que estoy de acuerdo con que es salvaje. El simple hecho de estar en un ecosistema como el desierto, con las altas temperaturas... En cuanto a la sexualidad, hay mucho de la experimentación y del conocimiento personal.

—En el plano musical ¿qué vas a presentar en la edición 2023 del festival?
—Musicalmente, hay una reafirmación de lo que fue el año pasado, en el que tuve tres shows, uno oficial y dos espontáneos. Si bien no puedo spoilear mucho sobre esta edición, puede llegar a haber un par más. A nivel musical, este Burning Man me encuentra mucho más en sintonía con lo que quiero expresar artísticamente. Estoy en un gran momento en ese sentido. Me siento en sincronía con los que expreso y siento en cada una de mis presentaciones.

—Hace algunos meses estuviste en Argentina, ¿cómo viste la industria de la música electrónica en el país?
—Cuando empecé a hacer música electrónica, no mucho tiempo atrás, el contexto y las circunstancias eran completamente distintos. Veo un crecimiento exponencial en todo sentido.En lo cultural, es el deseo que tienen muchas personas de expresarse a través de la música electrónica. Por supuesto que otros necesitan trabajo pero será cuestión de tiempo. Y en lo social, muchas cosas mejoraron: cada vez es más claro que el sentido negativo que se le había dado al género era erróneo.

—Vivís hace siete años en Europa y, en un contexto en el que cada vez más jovenes emprenden ese camino, ¿con qué dificultades te encontraste? ¿Hay un "lado b" de emigrar que a veces no se tiene en cuenta?
—Es muy interesante esta pregunta. Hay mucha gente emigrando en este último tiempo. Cuando decidí dejar Argentina e irme a vivir a Europa no había tantas personas conocidas en mi lugar de destino y eso fue intenso. Emigrar no es tan fácil como parece, por lo menos desde mi experiencia. Estoy a favor de la aventura, la experimentación y el desarrollo personal y, en ese sentido, emigrar da mucho de eso. Personalmente, extrañaba a mi gente, a la Argentina. Amo el país.También hubo algo del choque cultural porque emigré a Inglaterra y hay una diferencia. Si uno se va a España o Italia, es un poco más sencillo. Me parece buenisimo que la gente experimente, se divierta y se conozca.