La muerte de Carlitos Balá generó conmoción en el mundo del espectáculo y en varias generaciones que se criaron con sus shows y programas televisivos. Una vez conocido el deceso, las redes rápidamente se llenaron de recuerdos amables del actor que en 97 años llevó alegrías a los hogares argentinos.

Por su carisma y forma de ser, son pocos los que pueden recordar algún enojo o mal momento del creador del “chupetómetro”. Lo más cercano a esto pudo haber sido lo que ocurrió en 2014 en la ciudad de Santa Fe cuando un movimiento de artistas lo pintó desnudo en distintas paredes de la ciudad.

Se trata del grupo artístico denominado Rubén Ricardo Frias que en su momento presentó el proyecto titulado “¿Qué gusto tiene la sal?" y que consistía en grafitear a una persona con el tradicional flequillo de Carlitos Balá haciendo el “gestito de idea” y sin ropa.

El polémico mural. (Facebook)

La intervención urbana generó gran revuelo entre los santafesinos pero, al tratarse de una figura nacional, rápidamente trascendió las fronteras de la ciudad y llegó a todo el país. Al enterarse de esta especie de “homenaje”, el propio Carlitos Balá decidió hablar con la prensa y dar su parecer.

"Es una broma de mal gusto. Si la llega a ver mi hermano, que tiene 92 años, se cae muerto. No hay derecho a que hagan eso y menos en un colegio de monjas. No sé adónde quieren llegar", sostuvo 

A modo de respuesta por lo ocurrido, desde el Estudio Frias aclararon que la intención de los graffitis no era molestar al artista. “No lo hicimos de una manera agresiva, es un ser humano como vino al mundo y nada más.Si hubiésemos querido ofenderlo o simplemente llamar la atención, habríamos acudido a otra cosa", señalaron.

“Básicamente a la obra no la vemos como un repudio, nuestro trabajo lo basamos en artistas como Andy Warhol, que va por la movida de la vanguardia del pop que se mueve de esa forma, con el impacto. Pero no tuvimos la intención de agredir”, aclararon en diálogo con medios santafesinos. 

Pese a estas aclaraciones, en su momento el municipio decidió tapar los murales y terminar con la polémica.