A comienzos de esta semana, Racing daba un paso hacia la inclusión dentro de las instituciones deportivas: creó la primera camiseta para amamantar y no la patentó con la idea de que otros clubes hagan uso del modelo. Sin embargo, la alegría de la noticia duró poco. 

El martes, la Academia anunció que Lourdes Martínez y Milagros Menna quedaban oficialmente apartadas del plantel profesional de fútbol femenino por haber celebrado la victoria de Boca durante el último domingo. La decisión la tomó la directiva a cargo del fútbol femenino de Racing, encabezada por Daniel García que decidió que las profesionales entren separadas del equipo y continúen cobrando su sueldo. 

Al trascender la noticia, un familiar de Lourdes publicó en su cuenta de Facebook un descargo. “Un club que por ideologías de ego y orgullo, por perder acaba de echar a jugadora de Racing por festejar el triunfo de Boca, juega con los sueños de la gente y se creen que por tener autoridad mayor pueden hacer lo que quieran con la gente humilde, la chica es hincha de Boca, siempre fue así y nadie la va a cambiar. Nunca cambió sus sentimientos porque siempre lo dio todo en la cancha por y para Racing, ahora se quedó sin su pasión y trabajo porque los de Racing confunden sus sentimientos, la echaron sin pensar y la dejaron sin su trabajo”, escribió. 

Publicación de un familiar de la jugadora. (Facebook)

La decisión de Racing abrió una gran polémica que dejó ver las carencias y la doble moral de las instituciones deportivas. Muchos usuarios de las redes sociales realizaron publicaciones apoyando a las jugadoras y apuntando contra el club y Edwin Cardona porque el colombiano le dio un like a una publicación de Boca Juniors celebrando el título de la Liga Profesional y nadie le dijo nada. 

Pero la polémica no termina ahí. Si bien la camiseta para amamantar causó alegría, con la decisión que tomaron contra Martínez y Menna volvió a la escena otra acción violenta y sin perspectiva de género por parte del club: la incorporación de un delantero denunciado por acoso e intento de abuso sexual. 

Se trata de Johan Carbonero, quién deberá enfrentar un juicio oral después de ser denunciado por la recepcionista del hotel donde se hospedó de manera provisoria cuando llegó al país, para unirse a Gimnasia de la Plata, en noviembre de 2020. A pesar de que el Departamento de Género y Derechos Humanos de Racing se opuso a la incorporación de Carbone, el presidente Víctor Blanco decidió avanzar.  

¿Alcanza con una camiseta para amamantar cuando en su plantel tienen conscientemente a un acosador? ¿Es justo que las jugadoras sean separadas del plantel por celebrar una victoria del club de sus amores? ¿Y qué Carbone continúe jugando antes de ser juzgado? 

Las noticias de violencia de género y diferencias económicas o laborales entre fútbol masculino y femenino no cesan. La Organización de las Naciones Unidas publicó este año un informe para demostrar las carencias del fútbol femenino y sobre todo, las diferencias económicas y de derechos para con el fútbol de varones. En Argentina, el 55% de las mujeres futbolistas de primera división son profesionales, pero sus sueldos no llegan ni al 2% de lo que ganan los varones

Según la Asociación de Fútbol Argentino (AFA), el sueldo básico equivale al contrato que recibe un jugador varón de la Primera C (la categoría más baja del fútbol profesional masculino). Es decir, alrededor de 37 mil pesos brutos. En la misma publicación, desde ONU mujeres Argentina escribieron: “Eliminar la brecha salarial de género es esencial para promover un deporte equitativo, inclusivo y diverso, para que todes quienes quieran desarrollar una carrera deportiva puedan hacerlo sin barreras y sin violencia”.

Sin ir más lejos, el martes 18 de octubre cientos de futbolistas mujeres se reunieron en la Plaza de los Dos Congresos en Buenos Aires a fin de pedir justicia por la muerte de la jugadora Juliana Gómez, que falleció en un accidente de tránsito cuando volvía de un partido en un auto particular y reclamaron mejoras en las condiciones e igualdad con el trato que recibe la disciplina de varones.

***

Los clubes no solo no respetan a sus jugadoras sino que además avalan y encubren a futbolistas que no respetan a las mujeres, que las violentan verbal y físicamente pero cada tanto tiñen de rosado o violeta una camiseta para complacer a la sociedad, como hizo AFA con la casaca de Argentina o Racing con la posibilidad de amamantar, aunque los ejemplos podrían seguir. 

Sin embargo, lejos de apoyar causas que pongan fin a las diferencias de género, las recaudaciones de esas ventas quedan en las mismas instituciones que esconden las denuncias de sus héroes debajo de la alfombra. Entonces la doble moral del fútbol sale a la luz. Parar la pelota y analizar el fútbol argentino y sus patrones machistas es una urgencia que queda cada vez más lejos de ser resuelta. La pasión tapa todo