Un equipo forense se encontraba trabajando desde este martes en un vivienda de barrio La Cerámica, ante el presunto hallazgo de restos humanos en el patio de la casa que 11 años atrás fue habitada por Juan José “Pijuán” Lazo, el hombre que fue condenado por el crimen de la adolescente Rocío Daiana Gómez, con quien mantenía una relación de pareja.

El domicilio en cuestión, ubicado en Valle Hermoso 1270, posee una historia escabrosa vinculada con el femicidio de Rocío, que tenía 17 años, era oriunda de San Lorenzo y la vieron por última vez en febrero de 2011. Cuatro meses después, el cuerpo fue hallado en una vivienda de barrio La Florida.

Según pudo saber Rosario3, el martes por la tarde un dato llegó al personal de la subcomisaría 27ª, de Darragueira al 2800. Un joven que ocupa el domicilio de Valle Hermoso –cercano a la vía– dio cuenta de que mientras cavaba unos pozos en la tierra para plantar unos plantines se topó con restos óseos.

El fiscal Gonzalo Fernández Bussy fue puesto al tanto del hallazgo y ordenó perimetrar el espacio. Los huesos fueron derivados al Instituto Médico Legal –IML– para su examen.

En esa casa fue vista por última vez Rocío Gómez cuando desapareció junto a su hijo Kevin, de 14 meses. El niño fue encontrado dos meses después en un descampado de la localidad de San Nicolás.

Rocío Gómez, víctima de femicidio.

Según denunció Norma Gómez, madre de la chica, ese día su hija le envió un mensaje de texto en el que le pedía que le llevaran una moto hasta la granjita de Valle Hermoso al 1270 –adonde Rocío había trabajado un tiempo atrás– porque Pijuán iba a comprarle el rodado.

La mujer dijo que cuando fue a realizar la transacción vio a su hija con la cabeza rapada, que no la dejaron hablar con ella y que en la propiedad en donde estaba ubicada la despensa y la casa de Lazo, ambas fueron sometidas sexualmente por un grupo de hombres.

Norma fue liberada por los delincuentes, bajo amenaza y nunca más volvió a ver a Rocío. En agosto de 2011, un llamado anónimo a la Brigada de Investigaciones de San Lorenzo dio datos de dónde podía estar Rocío. Así, se dispuso un allanamiento en una casa abandonada de Martín Fierro 647 de Rosario, donde se hallaron, enterrados a tres metros de profundidad, los restos de la víctima.

Previo a la detención de Pijuán, el domicilio fue blanco de la furia del vecindario, que incendió la propiedad y la destruyó en parte. Habían pasado seis meses de la desaparición de Rocío y pocos días antes –el sábado 13 de agosto– se había reportado el hallazgo de restos humanos en un predio abandonado de Martín Fierro al 647, a unas 17 cuadras, en barrio La Florida.

Un estudio de ADN sobre esos restos comparados con la madre de Rocío arrojaron compatibilidad superior a un 99.99 por ciento respecto al vínculo biológico de maternidad, se dijo en el juicio a Pijuán. Un dato que, a la luz del hallazgo reciente, abre un nuevo enigma. 

Pijuán, detenido en septiembre de 2011 en Granadero Baigorria, fue condenado en agosto de 2014 a 15 años de prisión por resolución del juez de Sentencia 6ª Julio César García. A su vez, Jonathan Raúl Vargas, acusado de participar en el ataque a la madre de Rocío y su pareja, fue condenado a la pena de 7 años y 6 meses de prisión por los delitos de privación ilegítima de la libertad doblemente agravada por el uso de violencia, amenazas y/o venganza, robo calificado y lesiones.

En la actualidad, según trascendió, la casa de Valle Hermoso 1270 se encuentra habitada por José Luis F., quien denunció que los ex habitantes preteden echarlo a la fuerza, es decir a puro balazo. En agosto de 2021 aseguró a las cámaras de El Tres que el propio Pijuán, ya con salidas transitorias, estaba detrás del tiroteo que sufrió la fachada.

“Esto viene desde el 2018 cuando compramos la casa en buena ley, juntando peso por peso, alquilabamos en una pensión”, relató el hombre. “Yo no pensé que la casa estaba usurpada, la compré de buena ley, empecé a pagar todos los servicios, la luz, las deudas. Al tiempo me cayó una señora llamada Rosa Lazo a decirme que era de ella”, reconoció.