El presidente Alberto Fernández pidió este miércoles "un mayor esfuerzo a las empresas, el agro y la industria" para "reconstruir" el sistema previsional, cuyas "cajas han quedado vacías", y defendió la ley ómnibus de emergencia que analiza el Congreso, a la que definió como "un punto de arranque".

El proyecto de Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva enviado al Congreso "no es una ley de emergencia" sino que es "un punto de arranque" para "sacar de la situación de pobreza a los que están mal", dijo el presidente.

Aseguró que servirá para "poner rápidamente en marcha la capacidad productiva" del país", y contar con "180 días para reflexionar en conjunto sobre cómo debemos encarar el futuro".

Al hablar durante un almuerzo de la Asociación Empresaria Argentina (AEA) en un hotel céntrico, que reunió a algunos de los empresarios más importantes del país, el presidente dijo: "Tenemos que volver a poner de pie a la Argentina", pero no es tarea "solo de un gobierno" sino también de quienes "emprenden, invierten y trabajan" para hacerle frente a la situación económica y social del país, con "cuatro de cada de cada diez argentinos que han caído debajo de la línea de pobreza".

"Y si no revertimos la situación, ese número va a ir creciendo y el Estado puede hacer cosas en ese sentido. Ahora, ¿cuál es la situación del Estado? Es una situación muy endeble. Vive una situación fiscal mucho más compleja de la que ustedes piensan. El Fondo de Garantía de Sustentabilidad con el que le pagamos a los jubilados está conformado en un 70% con papeles del Estado, porque el Estado se financió con los recursos de los jubilados", agregó.

En ese sentido, pidió que "no perdamos más tiempo en discutir de quién es la culpa" de la situación económica y social del país, y exhortó a todos que "miremos para adelante", porque "cada día que pasa hay un nuevo argentino que se cae en el pozo de la pobreza".

También se refirió a la deuda que Argentina mantiene con sus acreedores, al señalar que "el 95% de nuestro PBI es equivalente a la deuda" que ha tomado el país, pero que el FMI, al que calificó como "co-responsable" de esa situación, desde su asunción al frente del Gobierno ha "aceptado" la nueva "lógica de trabajo" sobre "un plan que sea sustentable" en el "mediano y largo plazo" para poder "pagarles".

Al dedicar también varios minutos para elogiar al ministro de Hacienda, Martín Guzmán, y profundizar sobre el problema de la deuda argentina, que es un fuerte "condicionante para crecer", renovó sus críticas a la administración Macri por haber pedido un préstamo que, en esos términos, "nunca se iba a poder pagar".

"Lo que hemos hecho ahora es parar el colectivo durante 180 días. En esos 180 días reflexionar en conjunto sobre cómo encarar el futuro y lo que todos saben el que maneja el colectivo ahora ha doblado ya no va por la ruta camino al precipicio y lo que necesitamos en los tiempos que se vienen es hablar mucho entre nosotros", señaló, para luego referirse al inminente envío al Congreso de una ley para crear el Consejo Económico y Social con el objeto de "construir entre todos las políticas de Estado" y que perdure "más allá de un mandato".

"Necesitamos también terminar con las disputas estériles de tantos años. Algunos lo llaman grieta; yo lo llamo de otro modo, pero no podemos seguir con eso", consideró, al remarcar también el esfuerzo que deben hacer para superar esta situación empresarios, el Gobierno, el sector agropecuario y los medios de comunicación, nombrando puntualmente a Héctor Magnetto, CEO de Clarín.

"Es un momento oportuno para que charlemos con las grandes empresas argentinas porque creo que tenemos que volver a poner de pie a la Argentina", sostuvo el mandatario, quien en algunos pasajes de su intervención se refirió reiteradamente a algunos de los empresarios presentes por su nombre de pila.

"El Estado no es un Estado mágico que pueda resolver todo eso. No puede hacerlo. Necesitamos volver a reconstituir el consumo", manifestó.

Agregó que en materia económica no pretende ser "intervencionista" y que la apuesta es "construir un Estado inteligente que equilibre las desigualdades de los mercados y que dé garantías a los que invierten" para luego mencionar a Paolo Rocca quien, antes de su discurso, le preguntó por el futuro de Vaca Muerta.

También hizo referencias a otras fuentes de recursos naturales y actividades como la minería y el litio en la provincia de Jujuy, donde la apuesta es crear una empresa que produzca baterías con ese mineral.

El mandatario se quedó a almorzar en el hotel y se sentó en la mesa junto al titular de la AEA, Javier Campos; Magnetto, del Grupo Clarín; Luis Pagani, de Arcor y Rocca, de Techint.

Con la Conferencia Episcopal

Fernández recibió este miércoles a la mañana en la Casa Rosada a la cúpula de la Conferencia Episcopal Argentina, que asistió al encuentro encabezada por su presidente y obispo de San Isidro, Oscar Vicente Ojea. La Iglesia le deseó al mandatario nacional los “mejores deseos” durante el tradicional saludo antes de las fiestas de fin de año. El presidente resaltó que nunca estuvo tan “identificado” con la Iglesia como durante el pontificado del Papa Francisco.


Los obispos destacaron la misa de la unidad realizada en la Basílica de Luján y se comprometieron a “trabajar para sanar las divisiones sabiendo la situación de emergencia que vive el país”.

“Lo sentimos y lo sufrimos, estamos al lado de los mas débiles y vulnerables, el tema del hambre nos preocupa muchísimo”, expresaron. Además, remarcaron su preocupación por el flagelo de las drogas entre los jóvenes.

En este sentido, el presidente sostuvo su admiración por el trabajo social que realizan en todo el país y adelantó: “estamos analizando una reforma judicial para ir a fondo contra el narcotráfico”.

“Nadie mejor que ustedes conoce el problema del hambre y las drogas, somos aliados para trabajar juntos”, dijo Fernández.

El mandatario estuvo acompañado por el ministro de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, Felipe Solá, el secretario de Culto, Guillermo Oliveri y el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Béliz.

Al encuentro, asistieron además el vicepresidente de la CEA y arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli; el arzobispo de Mendoza y vicepresidente segundo del episcopado, Marcelo Daniel Colombo; y el secretario general del organismo y obispo de Chascomús, Carlos Humberto Malfa.