El consultor político rosarino Lucio Guberman ve un escenario electoral “abierto y de mucha incertidumbre” para la ciudad a casi menos de año de los comicios y aún sin fechas por confirmar. Entiende que será clave la definición a tomar por el intendente Pablo Javkin, si va por la reelección o compite por la gobernación. También observa un panorama “competitivo” para el oficialismo provincial y nacional ante la necesidad de mantener la unidad apoyada por los recursos del Estado y un posible acomodamiento de la situación económica como así también el virtual corrimiento de Cristina Fernández de la escena electoral. Cree que la oposición deberá mantener también una coalición unificada pese a los riesgos de una fractura interna y factores externos como la aparición del libertario Javier Milei y la falta de liderazgos a nivel Santa Fe.

Guberman trabajó en campañas de los principales figuras de la política santafesina como Jorge Obeid, Omar Perotti en 2010 antes de su primer intento por ser el candidato a gobernador del justicialismo, Agustín Rossi, Diego Giuliano y el pegadizo eslogan de “La GUM a la comisaría”, Roberto Sukerman en sus dos intentos por llegar a la intendencia de Rosario, Alejandra Rodenas al pasar a la política en 2017 con “la fuerza de una jueza”, y la más reciente de Carolina Losada en su transformación de periodista de la tele porteña a a senadora nacional por Santa Fe, imponiéndose en la interna de Juntos por el Cambio (JxC) y derrotando al peronismo el año pasado. Hoy forma parte del equipo de asesores de Facundo Manes, uno de los posibles candidatos a presidente por el radicalismo.

El también docente de la Universidad Nacional de Rosario y de la Universidad Nacional de Entre Ríos acaba de lanzar su libro Flor de Posicionamiento: popularidad y jugadas políticas en campañas electorales donde expone una metodología de trabajo que sistematizó a lo largo de su carrera como consultor político. En un mano a mano con Rosario3 se refirió a la necesidad de contar con una matriz de campaña para los candidatos, sobre la contienda que se viene en el 2023 y acerca de por qué fallan las encuestas a la hora de anticipar los resultados en las urnas, entre otros temas.

–¿Cómo surge la idea del libro?

–Es producto de muchos años dedicados a las campañas electorales y cómo te planteas una campaña en base a una metodología de trabajo. Teníamos manuales de campaña que eran más de comunicación de gobierno y en la vorágine de la campaña es difícil ordenar.

Con el tiempo fui desarrollando una metodología propia en base a la cantidad de razones por las que la gente vota y las agrupé en seis dimensiones (popularidad, identidad política, temas, jugada política, publicidad y marca) para trabajar mejor, sistematizar, armar una matriz y aplicarla.

En la última campaña de Losada fue explícita la matriz. Conocía a la candidata, al armador, a la prensa, a la agencia de publicidad, había una matriz que organizaba el caos que es una campaña. Y uno de los casilleros vacíos era la jugada política y la jugada fue salir contra Cristina y Macri, con eso Losada redondeó una campaña política fuerte y más el conocimiento mediático que tenía hizo de la candidata un potencial muy fuerte.

Guberman: "El posicionamiento es el lugar que un candidato ocupa en la mente de un elector". (Foto: Alan Monzón / Rosario3)

–¿A qué llamas posicionamiento?

–Es cuando a un elector le mencionás el nombre de un candidato y cuáles son las primeras asociaciones inmediatas que le vienen para votarlo o rechazarlo. Es el lugar que un candidato ocupa en la mente de un elector.

–Hablas de “quien define, decide”. ¿A qué te referís con eso?

–El que nomina, domina. El que define a una situación tiene ventaja. Y eso aplica hasta para situaciones más extremas como una inundación. Por ejemplo la de Santa Fe en 2003: para la oposición fue producto de la falta de obras y para el oficialismo fue una catástrofe natural producto a que nunca había crecido tanto el río. Para un hecho inapelable de la naturaleza hay distintas definiciones que están en las antípodas y una termina imponiéndose sobre la otra. Y en aquella oportunidad (Carlos) Reutemann se terminó imponiendo en las elecciones después de esa tremenda inundación.

–¿Estas son formas de manipular o engañar al electorado? ¿Los candidatos entonces muestran algo que no son?

–No podés engañar a muchos todo el tiempo, no podés instalar versiones inverosímiles. "Quien define decide" no quiere decir que mi definición sea la única, habrá otras y estarán en competencia. De lo que se trata es que el electorado se vaya perfilando, a quien le creo más, qué es más verosímil o creíble de acuerdo a mi experiencia personal. Hoy si el gobierno saliera a decir que no hay inflación daría risa, puede discutir las causas o echarle la culpa a Macri pero no podría decir que no existe.

De encuestas a campañas

 

–¿Las campañas no están alejadas de los problemas de la gente y eso hace que los candidatos se olviden de solucionar esos problemas cuando son electos?

–En las campañas siempre tomamos en cuenta la demanda de la gente. Lo que hay en la previa de las campañas es la hoguera de las vanidades donde algunos ya se sienten candidatos y hablan para posicionarse. Ahora, cuando estemos de lleno en la campaña cada uno va a decir de acuerdo a su posicionamiento y cómo le conviene, van a hablar de los temas que le preocupan a la gente, de acuerdo a la mitad del vaso vacío o del vaso lleno según ese posicionamiento sobre la realidad.

–¿Por qué fallan las encuestas?

–El principio básico para una buena encuesta es que el universo básico a encuestar tenga la misma posibilidad de ser encuestado, aleatoriedad pura. Por lo cual tendríamos que meter una computadora que sortee 400 nombres e ir a buscarlos, con reemplazos aleatorios. Es imposible en términos de costo, tiempo y dinero. Los encuestadores van reemplazando esa metodología y ahí empieza el problema, los márgenes de error son más grandes técnicamente.

Otro factor es que como la gente no contesta o no abre la puerta por la inseguridad, los encuestadores llaman por teléfono y se suman más defectos a la hora de la encuesta. Y además las encuestas muchas veces te devuelven lo que vos preguntás y ahí talla el sesgo del encuestador y de la encuesta.

El consultor (Manuel) Mora y Araujo decía que el sesgo más importante que encontramos es el del encuestador. Por lo tanto hay una cantidad de factores que se le suman a un instrumento de delicada instrumentación. Para mí es al revés, me extraña lo cerca que están algunas encuestas de los resultados de las elecciones.

Guberman: "No se pueden instalar versiones inverosímiles; de lo que se trata es que el electorado se vaya perfilando: a quien le creo más, qué es más verosímil o creíble".  (Foto: Alan Monzón / Rosario3)

–¿Qué perfil de campaña habrá el año que viene teniendo en cuenta el malestar de la ciudadanía para con los políticos y la clase dirigente?

Las campañas agudizan las tendencias. Si sigue el malestar, se va agravar. Pero si hay un acomodamiento mínimo de la economía y cambia el humor, se va a atenuar.

La gente enojada no solamente puede elegir a los que aprovechan ese enojo como (Javier) Milei quien hace bastante para que la gente no lo acompañe. Hay otras formas de manifestarse como la abstención o la impugnación del voto.

Si llegamos a la apertura de la campaña con otro clima, de menor rechazo y enojo, tendremos una campaña libre de la tendencia de agudizar la crítica o el malestar. Tampoco será una campaña que le resulta beneficiosa al oficialismo. Veo una campaña muy ajustada o técnica, habrá que trabajar bastante.

Los escenarios del 2023

 

–¿Cómo analizás el escenario electoral nacional de cara al 2023?

La gran incógnita se despejó: el peronismo va unido y será competitivo a pesar de las dificultades económicas. Tiene el poder del Estado para compensar a aquellos que no sean contenidos en una propuesta final y el corrimiento de Cristina para ser candidata será un factor de unidad. Y esa unidad le traslada a la oposición la necesidad de que no se rompa. Va a tener que trabajar mucho para contener a todos los que orbitan allí, entre halcones y palomas.

Creo que Macri va tratar de cumplir lo que le dijo su consultor: menos juntos y más cambios. Y tiene el factor Milei golpeando la puerta del ala derecha de la casa. Hay dos posibilidades: que Milei siga por derecha, o que los halcones se vayan a una disputa de primaria con Milei y dejen a las palomas solas. Salvo que alguno se convierta en búho y tenga una acción superadora a esa riña entre halcones y palomas, va a ver más tensión a la fractura en Juntos que en el oficialismo.

–¿No será Milei un factor determinante en cuanto a los votos que pueda conseguir?

–No lo veo, los otros dos bloques son más grandes. Podría ser un factor determinante para la potencial fractura de JxC. No por crecimiento electoral propio.

Guberman: "Macri va tratar de cumplir lo que le dijo su consultor: menos juntos y más cambios". (Foto: Alan Monzón / Rosario3)

–¿Cómo ves el escenario electoral en la provincia?

Vuelvo con la unidad del peronismo que lo vuelve a poner competitivo y esto deja planteada la necesidad de un frente de frentes contra el peronismo. Si eso se da, la oposición tiene más alta chance. Pero las unidades sin el Estado como garante para satisfacer a los que no se ven contenidos y los procesos políticos sin liderazgo excluyente ponen un manto de duda.

–La cosa hubiera sido diferente si en ese frente de frentes estaba (Miguel) Lifschitz…

La figura de Lifschitz generaba una expectativa de un triunfo electoral y ahora es distinto. Hoy el frente de frentes no tiene un candidato único y excluyente. Hay nombres con mayor o menor intención de voto, pero volvemos al problema de las encuestas y no estaríamos frente a una resolución de ese tipo.

–¿Y Rosario?

El primer gran dilema a resolver es que hará el intendente, si se queda en Rosario para reelegir o salta a la disputa provincial. Si salta, falta dilucidar quién se oferta como candidato oficialista o ser el heredero de Javkin; hoy no está claro.

Y hay que ver qué pasa con el peronismo. Hoy tiene candidatos competitivos: (Marcelo) Lewandowski, (Diego) Giuliano, (Lisandro) Cavatorta, Sukerman. Y hay que tener en cuenta que la actual gestión ha sufrido la pandemia, la inseguridad y los incendios en las islas, pero resulta que el rosarino no termina de ver que lo estén cuidando desde el gobierno local. Eso deja la cosa muy abierta. Rosario es el escenario más abierto de todos.

–¿No crees en la aparición de un tercer actor como Ciudad Futura?

No lo veo como para ganar la intendencia. El mayor predictor para definir el resultado de la elección es la aprobación o no de la gestión. Cuando va el mismo intendente por la reelección y está aprobada su gestión tiene altas chances de ganar. Acá hay dos problemas, la gestión municipal no está tan bien pero tampoco está tan mal, y tampoco está claro si Javkin irá o no por su reelección. Es un escenario de mucha incertidumbre.