Si bien Javier Milei salió a este lunes a dar una disputa de sentido en torno a las interpretaciones del debate, que abrumadoramente vieron que Sergio Massa dominó y salió fortalecido de la situación, lo cierto es que las dos horas de intercambio verbal en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) dejó flotando una pregunta inquietante y que complica sobremanera al libertario de cara al último tramo de la campaña: ¿está realmente preparado para ser presidente de este país complejo por donde se lo mire?

En sus declaraciones de este lunes Milei se autocelebró por haberse mantenido en eje, por no haberse convertido en el Increíble Hulk que, ya demostró en varias oportunidades, lleva adentro. 

Es cierto, sostuvo la calma aun en la adversidad de su mal debate. Pero como objetivo parece demasiado módico. Massa lo apichonó, lo acorraló, y no solo quedó atrapado entre las preguntas de su adversario, sino también en sus propias inconsistencias. Es que Milei demostró desconocimiento del Estado en temas fundamentales como seguridad, comercio exterior y economía –supuestamente el tópico en el que es más fuerte–, y en varios tramos pareció desorientado, sin norte.

De hecho, tuvo poca convicción para defender sus propuestas –dio mil vueltas antes de confirmar que el plan de dolarización sigue en pie–, se quedó por momentos sin palabras al hablar de seguridad y en su tramo más claro, que fue el cierre, tomó en realidad un concepto que no es propio y que no lo representa realmente: dijo que la pelea del domingo es entre populismo y República.

¿Puede ser la República un tipo que no acepta el disenso, que solo habla con periodistas amigos y le grita a los que se toman el atrevimiento de deslizar algún cuestionamiento, o que maltrata sin ningún tipo de límites a las mujeres? ¿Puede ser la República un candidato que niega el cambio climático, el terrorismo de Estado, y sostiene que los 40 años de democracia fueron “un desierto”, algo que es casi lo mismo que reivindicar la dictadura militar?

Pero lo peor para Milei no es ni siquiera todo eso. Sino que el interrogante incómodo del inicio de esta nota ya no lo formulan los críticos sino también sectores que declarada o solapadamente se habían alineado en torno a su candidatura.

De hecho, este martes a la mañana la pregunta estuvo en un graph de La Nación Más, no en C5N. Y fue tan clara como estruendosa: “¿Javier Milei está preparado para ser presidente?”.

El solo hecho de que esa pregunta tenga tanto lugar lo dice todo.