Tras el sorpresivo retiro del capítulo fiscal de la ley Ómnibus el viernes pasado porque “demoraba” el tratamiento del paquete de medidas, el oficialismo buscaba llevar la mega normativa al recinto este martes. Pero decidió postergar la sesión para el miércoles porque la oposición dialoguista, que podría destrabarla, aún tiene reparos sobre la delegación de facultades legislativas al presidente Javier Milei. En este marco, se esperaba una reunión entre el presidente de la Cámara de Diputados, el libertario Martín Menem, con los presidentes de los bloques del PRO y la UCR.

En contacto con el programa De boca en boca (Radio 2), el diputado nacional santafesino Nicolás Mayoraz, que preside la comisión de Asuntos contitucionales –una de las tres que en plenario trató la ley Bases– auguró una sesión extensa pero afirmó que los votos están para aprobar la normativa y girarla al Senado. Retirado el capítulo fiscal, explicó, “lo que se envía es la parte de la ley donde había prácticamente acuerdo con la oposición que quiere colaborar con el gobierno, no así el kirchnerismo”. Destacó que “salvo algunos detalles, estaríamos en condiciones” de sesionar y aprobar el megapaquete.

Esos detalles a los que hizo referencia el legislador rosarino son las facultades delegadas sobre las que incluso la oposición dialoguista planteó resquemores. Dijo que se negociaba ahora la duración de la delegación que en un primer momento Milei había planteado en dos años más una posible prórroga de otros dos.

“Vamos a llegar a un equilibrio razonable”, confió Mayoraz que contó que “la fórmula se está conversando” y podría ser de un año con opción de prórroga por dos años más o directamente dos años.

Del otro lado, el diputado nacional también rosarino, Diego Giuliano, se mostró menos optimista con la sesión y recordó que se viene posponiendo desde el sábado de la semana pasada.

En diálogo con Radiópolis, opinó que estas nuevas negociaciones sobre las facultades delegadas es el resultado de un “boomerang por falta de diálogo” y que Milei “pretende ir a la Constitución de 1853, que fue muy buena, pero en el siglo XIX, pasó mucha agua bajo el puente, no se pueden barrer los derechos laborales”.

Advirtió que “el proyecto va cambiando con un velocidad” que lejos está del original; e incluso del dictamen que salió la semana pasada porque “retiraron un capítulo entero y están dispuestos a seguir cambiando”.

“Hay que volver a dictaminar porque si no el Parlamento es cualquier cosa”, se quejó y señaló, en tal sentido que “sería forzado que se sesione (este martes) con un dictamen que todavía nadie conoce”.